El 42 Festival de Cine Latinoamericano ajusta hoy los proyectores de su segunda dosis, que incluye más de 100 filmes de 26 países y la esperada competición por los Premios Coral.
Próxima a descorrer sus cortinas, la cita cinematográfica más importante de Cuba concluirá el ciclo correspondiente al 2020 y, en esta etapa, adopta los protocolos sanitarios vigentes en el país a causa de la Covid-19, de ahí que abraza el cambio de estructura para saldar su deuda con los cinéfilos.
A la pugna se inscriben un centenar de películas latinoamericanas y del mundo con realce para las filmografías de Brasil, México, Argentina y Chile, muy ovacionadas en el certamen que devolverá a La Habana su mágico ritual de diciembre.
Programado del 3 al 12 de diciembre, el evento admitirá los concursos de largometrajes y cortos de ficción, documentales, animados y las obras en postproducción mientras en su selección oficial figuran 18 óperas primas realizadas por consagrados y noveles directores del continente.
En su nueva dinámica, el Festival prescinde del tradicional pasaporte, símbolo distintivo en sus 41 ediciones pasadas, y adopta el sistema de entradas individuales accesible en las salas de exhibiciones que integran el Proyecto 23 con aforo limitado.
Si bien el evento convocó a más de 28 mil espectadores para disfrutar de las secciones dedicadas a Latinoamérica en Perspectiva y el Panorama contemporáneo internacional durante su primera dosis, ahora da paso al Sector de la industria y sus Entornos.
En un verdadero acto de resiliencia, el certamen no apaga sus grandes pantallas pese al impacto de la Covid-19 y, con un prestigioso camino andado, apuesta otra vez por el rescate y afianzamiento de la identidad cultural de América Latina y el Caribe desde el séptimo arte.
Lejos de las largas líneas para acceder a las más esperadas exhibiciones, ni el habitual arsenal de estrellas de cine y televisión pululando por los salones del elegante Hotel Nacional; el festival habanero dice sí al encuentro con el cine cuando otros eventos de su tipo quedaron en el silencio por la Covid-19.
Habrá ausencias, sí. Habrá reinvención, también. Persiste el jurado de alto nivel que acompañará el máximo evento cinematográfico de la isla y la entrega de los Premios Corales en la noche del 10 de diciembre.
Se trata de un Festival atípico en tiempos de crisis sanitaria, cuya mera concreción resultará un triunfo desde este lado del planeta, cuando este año la industria fílmica global disminuyó las presentaciones en vivo y, desplegó sus alfombras rojas en el espacio virtual.