Las historias cortas son parte de los impulsos creativos para repensar las dinámicas de la realidad latinoamericana. Durante la segunda dosis del 42 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano los cortometrajes de ficción figuran como una de las categorías en concurso con una muestra notable.
En esta edición se reúnen un total de 21 metrajes producidos entre 2019 y 2020. Se involucraron en su producción una decena de países de Latinoamérica y de otras latitudes. En este apartado, Cuba tiene una presencia sobresaliente por haber realizado total o parcialmente un cúmulo de 7 películas.
Dentro de la selección nacional se encuentra Las polacas (25 minutos). Escrita y dirigida por el cineasta cubano Carlos Barba, surge de la coproducción de la estadounidense Mareafilms y el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC). Los roles protagónicos fueron interpretados por los talentos actorales de Coralia Veloz y Tahimí Alvariño. El autor de 25 horas —presentada en este propio certamen en el año 2017— nos trae, en esta ocasión, los conflictos íntimos que se esconden en el pasado de una madre y su hija.
También entre las propuestas figura una coproducción titulada Ekaterina (España y Cuba), del director español Miguel G. Morales, graduado de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños.
Nara, bajo la dirección de Rosa María Rodríguez Pupo, es evidencia de la creciente inserción de las mujeres cubanas en el mundo del séptimo arte. La concentración de su directora en el personaje de Nara sirve como reflexión en torno al despertar del deseo sexual en las mujeres.
Por su parte, los cortos El rodeo, de Carlos Melián Moreno, estrenado en el Festival de Cine de Rotterdam; Hora Azul, de Horizoe García Miranda; Última canción para Mayaan, de Lisandra López Fabé, y Hapi Berdey Yusimi in Yur Dey, de Ana A. Alpízar, reflejan temas cotidianos, tales como: el folclor, la vejez, la prostitución, la carencia material y la desolación.
Los cortos de ficción en concurso nos llegan también desde otras partes del continente. Tal es el caso de El silencio del río, de Francesca Canepa, el único proveniente del Perú, el cual marcó un precedente en la historia del cine de ese país. Resulta ser el primer corto peruano preseleccionado en los Premios Oscar de la Academia (2021). Multipremiada, asimismo, como mejor cortometraje de ficción, donde sobresale el Gran Premio del Jurado al Mejor Cortometraje Narrativo en el Calgary International Film Festival (CIFF), la cinta se centra en la mirada de un niño de 9 años que se autodescubre en los entornos de la selva peruana.
El gigante de Suramérica está presente también con un par de cortos. La primera es A Barca, del director y poeta brasileño Milton Resende. Otra historia ambientada en los escenarios naturales de América del Sur, la cual fue incluida en el IV Premio Incentivo a la Producción Audiovisual de Alagoas. Y también Menarca, dirigida por Marilia Halla, seleccionada por la Semana de la Crítica del Festival de Cannes. La obra constituye una reinterpretación del mito de la vagina dentada, poniendo sobre la mesa los disímiles prejuicios machistas que afectan a las mujeres en la región.
De igual forma, la tierra azteca aparece con dos coproducciones. Por un lado, se encuentra El triste (México, Estados Unidos), de Manuel del Valle. Este joven es considerado uno de los embajadores de la cultura latina en el mundo del entretenimiento, contando entre sus galardones el Shorts México y el Bentonville Film Festival. Mientras tanto, los 11 minutos de Huir, de Daniel Delgadillo Hernández, formaron parte de la 18 Edición del Festival Internacional de Cine de Morelia.
Chile es otro de los países que posee buen número de filmes en este apartado del certamen. De Sebastián S. Claro se encuentra la cinta En el cielo me dejas caer, cuyo estreno internacional fue en el 36 Festival de Cine de Guadalajara y en suelo chileno, en el 16 Santiago Festival Internacional de Cine.
El corto de menor duración en esta muestra llega también de Chile, con solo 7 minutos, y se titula La luz oculta. La primera experiencia audiovisual de su director, Diego Martínez Ruiz, surge como producto del Taller de Realización desarrollado en el Centro Cultural de Punta Arenas que tuvo lugar en 2019.
A las anteriores se suman Los anillos de la serpiente, de Edison Cájas González, y La gambeta, dirigida por Catalina Alarcón Reyes, que tuvo su estreno en noviembre de este año en la Cinemateca uruguaya. Esta última producción narra la historia de Marcelo, un niño de 12 años, y el relato se circunscribe a su imaginación y su fascinación con el fútbol.
Se incluyen, además, Periferia, de la ecuatoriana Vanessa Fernández, y El mago, de la dominicana Julia Scrive-Loyer
Luego de haber participado de la selección oficial del 77 Festival Internacional del Cine de Venecia y haber sido galardonada con el premio Horizonte, la bogotana Mariana Saffon arriba con su obra Entre tú y Milagros (Colombia, Estados Unidos). Este es un relato surgido de la introspección de la autora, que pone sobre la piel de una joven de 15 años los dilemas de la muerte y la aceptación de la figura materna
A esta pieza se adicionan 5 balas (Colombia, Argentina), de Daniela Castillo y Juan Ignacio Alzate Arango. También Las fauces, de Mauricio Maldonado, quien fue autor de obras previas como En busca del aire y La noche resplandece. La fantástica historia de Deivis en Las fauces participó en el Festival de Cine Latinoamericano de Vancouver y le mereció el Premio a Mejor Cortometraje Latinoamericano del 27 Festival Internacional de Cine de Valdivia.
Así se configura el concurso de cortometrajes de ficción. Una muestra que redescubre la naturaleza e idiosincrasia continental, con historias de tono existencialista, dotadas de humor, terror psicológico y feminismo. Sin dudas, la selección de este 42 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano nos trae grandes historias que vienen en frascos pequeños.
(Tomado del Diario del Festival)