Una sala personalizada en la misma habitación donde escribió y vivió sus últimos años de existencia la excelsa poetisa de renombre internacional Carilda Oliver Labra, Premio Nacional de Literatura, se inauguró en su casa natal en Calzada de Tirry 81, como parte de la Jornada por su Centenario, a celebrarse el próximo 6 de julio.
El acontecimiento formó parte de la Tertulia, que tuvo como invitado principal a José Mena Coffini, quien fuera director provincial de Cultura en la década del 90 del pasado siglo y es actualmente delegado del Ministerio de Cultura ante la esfera turística del territorio Este evento está auspiciado por el Proyecto Cultural Al Sur de mi Garganta, el Centro provincial del Libro y la Literatura, ARTEX y la filial de la UNEAC en Matanzas.
En su carácter de anfitrión, el escritor y poeta Raidel Hernández, albacea y viudo de Carilda, conversó sobre la relación de la autora de libros tan famosos como “Se me ha perdido un hombre” y “Desaparece el polvo” con el invitado y un grupo de mujeres dirigentes del sector cultural de aquella época, que acudieron a la cita, con el fin de rememorar la impronta de ambos personajes dentro de la cultura matancera.
Hablaron sobre pasajes de aquellos años las licenciadas Lourdes Núñez y Lilian Ana Vega, al detallar los desafíos que asumieron durante el período especial, para lograr mantener activo el sentimiento de patriotismo y matanceridad en tanto en creadores como instituciones existentes para abrirse paso poco a poco hasta estabilizar la labor artística y literaria.
Para los presentes fue grato disfrutar de la actuación del destacado flautista Ethiel Fernández Faílde, acompañado por el pianista de su orquesta, el joven Roldany Hernández Torres, quienes interpretaron dos danzones clásicos: “Angoa” y “Almendra”, mientras Ethiel recordaba el éxito que ha alcanzado su musicalización del famoso poema “Me desordeno”.
Al responder las preguntas de Raidel Hernández, el invitado significó el relevante rol desempeñado por la escritora a la hora de unir a la intelectualidad matancera y responder, a su vez, a las expectativas espirituales de los cubanos y enamorados de su obra de toda Hispanoamérica y latitudes más extensas.
Momentos trascendentes fueron sus reuniones junto a Carilda con los ministros y decenas de personalidades que acudían a ella en busca de sus acertados razonamientos, así como el encuentro con el Comandante en Jefe cuando acudió a festejar personalmente el 80 cumpleaños de la insigne poeta.
Resaltó que saber fomentar la unidad en torno al proceso revolucionario constituye una de las características paradigmáticas de Carilda en su sucesión por la vida, llena de pasiones y de un amor intenso por Matanzas y por Cuba.
Cerró la tarde el pianista Franco Rivero con la ejecución de tres piezas de Ernesto Lecuona: “Noche azul”, “Como el arrullo de palma” y “Muñeca de cristal”.
La sala expositiva cuenta con objetos apreciados por la llamada Novia de Matanzas: su máquina de escribir Underwood, que no sustituyó por ninguna modernidad, el buró donde escribió cientos de poemas, cuentos y artículos, objetos personales de tocador, adornos de su preferencia, los casi centenarios juguetes favoritos; la muñeca y el caballito de su infancia, así como prendas familiares que atesoraba como reliquias patrimoniales, además de más doscientas fotos y diapositivas.
La próxima Tertulia Al sur de mi garganta será en la fecha del natalicio de la poetisa, cuando se otorgará en edición única el Premio Extraordinario de Poesía Centenario de Carilda Oliver Labra.
Carilda Oliver Labra fue una de las más importantes poetisas cubanas contemporáneas, reconocida internacionalmente.
Obtuvo el premio nacional de literatura en 1997 y fue doctora en Derecho civil. Ejerció su profesión como abogada, trabajó también en la biblioteca pública Gener y del Monte, de Matanzas, y se desempeñó como profesora de inglés, dibujo, pintura y escultura.
Con numerosos premios, libros publicados y una calidad literaria reconocida internacionalmente, Carilda siempre prefirió vivir en su ciudad natal, donde al morir el 29 de agosto de 2018 quiso que reposaran sus cenizas en la casona de Tirry 81.