Tiene 91 años y canta hoy desde un enorme butacón de mimbre, para despedirse como ya hizo antes, “porque mientras alguien me escuche, seguiré en los escenarios”.
Se llama Omara Portuondo, cubana de pura cepa, que volvió a emocionar, de nuevo, al público del festival La Mar de las Músicas de Cartagena, ciudad portuaria de la comunidad autónoma de Murcia, en el sureste de España.
Describen los propios organizadores del evento que el auditorio del parque Torres de Cartagena ovacionó en pie a la diva de Buena Vista Social Club, “la novia del feeling”, que no se guardó nada, cantó una hora y cuarto, y luego, otros 15 minutos para los “bises”.
Paco Martín, director de La Mar de Músicas y del Cartagena Jazz Festival hasta 2018, se comprometió a traer a Omara a todos sus proyectos, con lo cual sus vínculos con la ciudad se han hecho indestructibles.
Anoche, en la primera parada de la artista en España, donde completará su presunto adiós en Madrid en “Los veranos de la Villa”, el 9 de agosto, no dejó de cautivar a sus seguidores, muchos de ellos melancólicos ante la posibilidad de que fuese su última actuación aquí.
Ya se había anticipado Eliades Ochoa, con otra presentación de alto vuelo en el mismo festival, para dejar el escenario caliente con olor al Buena Vista Social Club.
Omara Portuondo (La Habana, 1930) es una de las grandes exponentes de la música tradicional de la isla caribeña.
Comenzó su carrera en 1945 como bailarina del famoso cabaret Tropicana, pero su empuje se hizo notorio en la canción, primero como parte del legendario Cuarteto de las D’Aida junto a Elena Burke, Moraima Secada y su hermana Haydée.
Casi a coro, se escucharon Solamente una vez, Bésame mucho, Veinte Años, Tal vez, Quizás, quizás, Tú me acostumbraste y Amor de mis amores.
Interpretó también Mi mejor canción y Dos gardenias, con el acompañamiento del grupo integrado por Andrés Coayo (percusión), Martín Alejandro Chávez (batería), José Raúl Machado (bajo), Yadasny José Portillo (piano y dirección artística).
«Para mí cantar es vivir, es mi manera de ser. Si me preguntan por mi lugar favorito, será siempre el escenario, la canción que canto, el próximo aplauso.
Mientras tenga voz y alguien me quiera oír, permítanme cantar», señaló la artista a los organizadores.