El pianista cubano Chucho Valdés, que ha hecho del jazz afrocubano una de las señas más características de su carrera, no tiene dudas al asegurar que el secreto de la música de su país es la suma del ingrediente africano con el español.
'Casi todos nosotros tenemos descendencia africana, pero también mucha española. Mi bisabuelo era español. Esa fusión rítmica que tienen ustedes se junta con la parte de África y esto es el jazz afrocubano (...). Eso está ahí, en el ADN', asegura Chucho en la presentación del concierto benéfico que ofrecerá este jueves en Torremolinos (Málaga, sur).
El músico considera un 'ejemplo' de esa suma el trabajo de su padre, Bebo Valdés, junto al español Diego El Cigala en 'Lágrimas negras', porque 'esa fue la fusión que se disparó'.
'La música es universal, y además es la banda sonora de la vida. En toda nuestra vida hay momentos en los que la música nos lleva a un tiempo o a otro (...). La música lo expresa todo, sin palabras a veces', proclama el artista cubano, de 81 años.
En su infancia, recuerda que 'Bebo siempre estaba trabajando' y que su madre 'era muy buena cantante, pero se dedicó a la casa', donde 'era la policía', bromea.
Empezó a tocar el piano con solo 3 años, según le contaban.
'Un día, Bebo salió y se le olvidó una partitura. El cuarto del piano estaba cerrado, pero oyeron que alguien tocaba canciones. Abrieron y estaba yo. Había aprendido de oído y de verlo a él también'.
Sobre el concierto que ofrecerá el jueves para la Fundación Cudeca (Cuidados del Cáncer), avanza que los cuartetos que ha hecho a lo largo de su carrera 'han sido todos buenos, pero esto es un supercuarteto, esto ya se pasa y se extralimita'.
'Son posiblemente los más jóvenes talentos y más brillantes de la música cubana, pero que son capaces de tocar cualquier género musical, hasta el flamenco', asegura Chucho.
Le acompañarán Dafnis Prieto en la batería, Roberto Jr. Vizcaíno en la percusión -'en este momento, el joven más talentoso para mí de su generación', subraya el pianista- y José Gola en el contrabajo -'otro genio también'-.
'Los conciertos son siempre especiales, pero este más por lo que se trata. El que no mueva los pies aquí, es que está frito', advierte Chucho Valdés.
La Fundación Cudeca atiende cada año con médicos, enfermeros, trabajadores sociales, psicólogos y fisioterapeutas a unas 1.700 personas que sufren cáncer u otras enfermedades avanzadas.