La Habana, 19 ene. - La Asociación de Músicos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) entregó su Premio Anual de Reconocimiento por la obra de toda la vida al compositor y pianista José María Vitier, y al violinista Rafael Lay Bravo, director de la Orquesta Aragón.
En la sala Rubén Martínez Villena se destacó la obra de ambos maestros, donde convergen los árboles familiares, la sensibilidad artística y una conexión con los sonidos de la Isla.
Para José María Vitier, sus 70 años se componen de aprendizajes continuos que recorren un camino desde las influencias de sus padres Cintio Vitier y Fina García Marruz, hasta la pasión musical compartida con su hermano Sergio Vitier.
Mi primera maestra, la del barrio, y todos los maestros que he tenido después, incluido José Loyola, me enseñaron a amar la música, aprenderla y relacionarla con el resto de la cultura y de la vida, expresó.
El acta de reconocimiento, leída por Samuel Formell, director de los Van Van, al referirse a Rafaelito Lay, como se le conoce en el gremio, destacó sus métodos y aptitudes para garantizar el relevo de los integrantes en cada generación, el equilibrio entre la preservación del repertorio antológico y la puesta en marcha de nuevas propuestas de temas necesarios para la evolución de la orquesta.
Durante la jornada, en coincidencia con el aniversario 76 del nacimiento de Sergio Vitier, se anunciaron, además, los resultados del Concurso de Composición Harold Gramatges.
Los primeros y terceros premios fueron otorgados a dos estudiantes de la Escuela Nacional de Arte (ENA): Joel Jesús Díaz por El triunfo de la luz, para piano y Dos aspectos del diálogo para flauta, y a Paula Piñero Benítez por Paradissus para quinteto de flauta, así como Acuarela para un trigal y Nebulosa jade, calma.
Fue una ilusión poder participar y que estas piezas en las que he trabajado desde el año pasado hayan sido premiadas, declaró al recibir el reconocimiento Piñero Benítez.
El segundo premio fue otorgado al guitarrista Erig Rebull Fundora por Cuatro momentos apresurados y Un encuentro para dos guitarras, y la obra Encerrado de Hugo Gerardo Valdés mereció la mención.
Al encuentro asistieron, además, Marta Bonet, presidenta de la Uneac, así como Indira Fajardo, presidenta del Instituto Cubano de la Música.