Feria Internacional de la Industria Musical

Feria Internacional de la Industria Musical: Ese nombre implica un concepto novedoso. Tiene que ver con la diversificación de los soportes, de los esquemas de producción y socialización de la creación musical. Producción, socialización, promoción y comercialización, aunque algunos todavía miren con ojeriza las lógicas comerciales en el arte.

No se puede vivir de espaldas al mercado, no se puede ignorar lo que no significa que los artistas y las instituciones tengan que ser rehenes de ese mercado, que solo el mercado imponga los referentes y las jerarquías.

Convengamos en que el disco, asumiendo incluso su renovación tecnológica, no es el único de los formatos en esta era de múltiples confluencias. La industria de la música es un sistema complejo, que incluye resortes artísticos, técnicos, de producción, y de comunicación. La cuestión es lograr una integración armónica, puesta en función de honrar lo mejor, lo más valioso de la creación musical: la buena música, que digan lo que digan, puede ser también comercial.

Ese es el empeño de Cubadisco, que es más que vitrina, que es más que fiesta: es también espacio de debate y análisis, propicio para articular estrategias que comulguen con la política cultural de la nación.

Y cuando decimos esto no estamos sugiriendo exclusiones, ni marginaciones. Hablamos de sostener, de priorizar, incluso, de proteger lo mejor, lo más valioso.

Las dedicatorias de este año han sido particularmente felices: por un lado, al acervo inmenso de una nación hermana, Colombia, que es, como lo es Cuba, potencia musical de la región. Y segundo, a la extraordinaria tradición de la música campesina, que cuenta con tanta historia y tantas realizaciones actuales en el panorama cultural del país.

Cubadisco se consolida como uno de los grandes encuentros de la música en Cuba, quizás el mayor. Útil sería que sus aportes trascendieran las fechas que marca su calendario, porque esta Feria debería ser también guía para el trabajo cotidiano.