En la tarde del jueves 23 de enero fueron entregados las becas y premios 2024, otorgadas por la Asociación Hermanos Saiz (AHS) a nuestros jóvenes escritores y artistas. Uno de los premios más destacados dentro de las artes escénicas es sin dudas el Adolfo Llauradó, que reconoce la labor y el talento de los actores que se inician en el complejo, pero apasionante sendero de la actuación.
Como todos los años, el premio tuvo en cuenta las participaciones de actores y actrices con un desempeño notable en televisión. Afortunadamente, en esta ocasión, no quedó desierta ninguna categoría, obteniendo el galardón una totalidad de cuatro intérpretes: uno en actuación fémina, dos en actuación masculina y un premio especial de artes escénicas que engloba el trabajo continuado, tanto en teatro como en televisión, del actor justamente premiado.
El jurado encargado de evaluar la participación en televisión de nuestros más noveles histriones, estuvo conformado por nombres imprescindibles de la escena teatral y audiovisual cubana: la crítica e investigadora Vivian Martínez Tabares, la investigadora teatral y docente Yamina Gispert, la realizadora audiovisual Lourdes de los Santos, el dramaturgo Roberto Viña, el dramaturgo Yerandy Fleites y el actor y director escénico Yanier Palmero.
El premio en la categoría actuación femenina en televisión, fue para Ary Fonseca por su brillante interpretación de Roxana en la recién finalizada telenovela Renacer y su participación en el telefilme La flor del marabú. La Fonseca supo vestir a ambos roles con colores y motivaciones diferentes. Con el primer personaje logró dibujar los trazos de una villana clásica, pero con tintes muy criollos y ciertas ambigüedades en el comportamiento, que nos hacía por momentos empatizar con su historia personal. Mientras que en La flor del marabú, la caracterización se movió por zonas oscuras, cercanas a la marginalidad, el desamparo, donde la Fonseca optó por anular su belleza y prestancia escénica para darle voz a una joven víctima de sus circunstancias. La actriz, en ambos trabajos, demostró dominio de su gestualidad, voz y dicción y una concentración admirable ante la cámara.
Por su parte el premio de actuación masculina para televisión fue compartido entre dos jóvenes actores. El primero de los galardonados fue Alejandro Guerrero, por su participación en la telenovela Renacer y el telefilme Árbol Negro. Guerrero fue la gran revelación de este año en la pequeña pantalla asumiendo un rol carismático popular pero muy complejo como lo fue Liam, que requería de organicidad y mesura a la hora de enfrentarse a las escenas. En Árbol Negro el intérprete optó por la contención, el trabajo con las atmósferas, aprovechando a su vez su impresionante telegenia. Sobre este justo premio recibido, Alejandro Guerrero nos dijo:
“Este premio será completamente dedicado a Jorge Luis Sánchez, quien me dio la oportunidad de adentrarme en el mundo del arte a través del cine. Estoy muy contento, realmente feliz con este reconocimiento, porque representa el fruto del esfuerzo, del tiempo invertido y del estudio personal. Eso, más que nada, es lo que hace que este logro sea tan especial”.
El segundo premiado en esta categoría fue Enmanuel Castillo por su personaje de Abdel en la tercera temporada de la popular serie juvenil Calendario. Era de esperar que el joven actor se alzara con este premio por el encomiable trabajo realizado. La observación, el método de las acciones físicas, el uso del sí mágico, entre otras técnicas y métodos actorales fueron claves en la construcción de un personaje peligroso para cualquier actor, por lo cercano que podría estar a la caricatura o sobre actuación. Pero Castillo evadió con mucho acierto estos riesgos del personaje, convirtiéndolo en un ser tridimensional, entrañable y merecedor de que dejar por siempre en nuestra memoria. Feliz por este reconocimiento Emmanuel Castillo expresó su sentir a al Portal de la TV:
“Recibir el Llauradó es un galardón para mi enorme, pero realmente como cualquier premio, es la opinión de un grupo de personas en un momento y por un trabajo determinado. Yo estoy feliz por el premio pero el más grande lo recibí del público y de las personas que lograron sentir una verdadera identificación con mi trabajo” .
Por su parte el popular actor Roberto Romero recibió el premio especial de artes escénicas, por su continua labor en teatro y televisión durante el pasado año. Sus encomiables interpretaciones de Yarini, para la puesta en escena de Teatro El Público, y Ramsés en la recién concluida telenovela Renacer, posicionan a Romero como uno de los más incansables, versátiles y talentosos intérpretes del panorama escénico cubano. Sobre este importante reconocimiento Romero comentó:
“Estoy profundamente agradecido por este premio, no solo por el mío, sino también por el de todos los demás galardonados. Este tipo de reconocimiento siempre actúa como un impulso invaluable para nosotros, los más jóvenes, motivándonos a continuar trabajando con dedicación y a esforzarnos por dar lo mejor de nosotros en cada proyecto. Es un aliciente para seguir creciendo y superándonos en nuestro oficio” .
Estos tres premios de actuación en televisión y el premio especial de las artes escénicas a Roberto Romero hablan de la salud de esta especialidad en nuestro medio, del compromiso y la entrega de los más jóvenes intérpretes; esos con un camino aún largo y angosto que irán allanando con la experiencia y nuevos retos actorales.
Para todos nuestros premiados en el apartado de televisión, muchas felicidades. Que el Adolfo Llauradó sea solo un impulso para continuar este viaje por la pequeña pantalla, donde un público numeroso y fiel les espera y agradece.
(Tomado de Portal de la TV Cubana)