Con una sólida y reconocida trayectoria en la cultura cubana, Miguel Barnet Lanza, Premio Nacional de Literatura (1994), poeta, narrador, ensayista, etnólogo y político, arriba hoy a sus 85 años de vida.
Hace muy poco la Academia Cubana de la Lengua, de la cual es miembro veterano, le otorgó la condición de Académico Honorario, y meses antes en 2024 asistió al lanzamiento en Italia, en la bella plaza de Campo di Fiori, de la edición 86 de su inspirado, histórico y clásico libro Biografía de un Cimarrón.
Publicada por primera vez en 1967, esta edición especial ha sido recién reeditada por la editorial italiana Quodlibet, y cuenta con notas de los célebres escritores Alejo Carpentier e Ítalo Calvino, así como un epílogo de la antropóloga Elena Zapponi.
Son muchas las obras que tiene en su haber este intelectual nacido en La Habana el 28 de enero de 1940, pero es muy representativa en su trayectoria esta novela testimonio que narra en primera persona la historia de Esteban Montejo, esclavo, cimarrón y luchador en la Guerra de Independencia de Cuba a fines del siglo XIX.
Cuando el joven Barnet lo conoció en 1963, Montejo, el protagonista, tenía más de un siglo de vida. Se ha dicho que era un hombre astuto, testarudo y orgulloso, con recuerdos extremadamente vívidos.
Este libro que actualmente es emblemático, según apuntan los editores, nació de meses de grabaciones de las conversaciones que ambos sostuvieron en la Casa de los Veteranos en La Habana.
Recoge su biografía que a lo largo de los años ha investigado las distintas fuentes de la cubanía, y fue discípulo del sabio cubano Fernando Ortiz (1881-1969); actualmente preside la Fundación que lleva el nombre de su maestro.
Se especializó en la investigación etnológica y en aspectos de la transculturación de las religiones de origen africano en Cuba y el Caribe.
Barnet es fundador de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y ostenta la condición de Presidente de Honor de esa organización.
Resaltan en su legado cultural las obras de su autoría Canción de Rachel, Gallego y La vida real, en tanto su nombre está indisolublemente ligado a la cinematografía nacional.
Sus escritos amalgaman recuerdos de infancia, los procesos creativos de sus textos, la música cubana, la religión, la raza, y todo lo que caracteriza y da vida a la esencia de la isla que lo vio nacer.
Y claro, resaltan su espíritu martiano, máxime porque nació en la capital cubana un 28 de enero, igual que José Martí, el Héroe Nacional de Cuba y Apóstol de la independencia.
En el libro “Yo soy la página que escribo”, Barnet ratificó que la jornada más feliz de su vida fue el día que tomó conciencia que había nacido un 28 de enero, porque ese día había nacido también José Martí.
Según la nota de contracubierta, dice Barnet que en su modo de ser no encaja eso de contar paso a paso su vida. Para él lo que pueda importar de su tránsito por el mundo está en las tantísimas páginas que ha escrito, espejos en los que ha reflejado lo vivido, pensado y sentido en años de existencia.