Bate, pelota y guante de béisbol.

La Habana, 21 dic (RHC) Los Azucareros de Villa Clara y los Alazanes de Granma clasificaron esta postemporada a la 56 Serie Nacional de Béisbol, cerrando así el cuadro de los cuatro finalistas junto a Matanzas y Ciego de Ávila.

En el parque Sandino, los Na­ran­jas devolvieron la paliza de la noche anterior a los Tigres avileños, con apo­rte determinante de Raúl Reyes (jonrón, doble y seis impulsadas), mien­tras Freddy Asiel Álvarez lanzaba siete entradas para convertirse en  el sexto serpentinero que alcanza la decena de triunfos en esta contienda.

Con este éxito los Azucareros llegaron a 48, inalcanzables para los Ca­chorros holguineros (38) a falta de nueve desafíos.

Los Alazanes no pudieron mantener el abrazo en el tercer escaño, pues cayeron blanqueados ante los envíos del diestro camagüeyano Ar­belio Quiroz, quien solo permitió un jit y regaló un boleto en nueve entradas de labor.

Los pupilos de Carlos Martí na­vegaron con paso errático en suelo agramontino, al punto de caer cuatro veces en cinco salidas, pero aseguraron directamente el boleto, gracias a la combinación de dos fracasos de Hol­guín en Matanzas y las victorias de los villaclareños.

Los granmenses acumulan 47 vic­torias y de perder sus nueve compromisos pendientes, y los holguineros ganarlos todos, terminarían em­patados, pero los Alazanes llevan ven­taja de 8-1 en el duelo particular.

De esta forma, las tres subseries restantes definirán la ubicación final de Villa Clara y Granma y si Matan­zas rompe el récord de victorias en campeonatos de 90 juegos (nece­sitan cinco triunfos para igualar los 66 de Industriales y seis para supe­rarlos).

Con los Cocodrilos y los Tigres avi­leños prácticamente asegurados en las dos posiciones de cabecera, está por ver el orden de selección de los re­fuerzos. De acuerdo con la me­to­do­logía de la Dirección Nacio­nal de Béis­bol, el líder pedirá primero y en la se­gunda ronda será por orden in­verso.

Es decir, el cuarto escaño solicitará de último su nuevo miembro en la primera ronda, pero tendrá la ven­taja de inmediatamente llevarse a otro jugador, cuestión que desde mi punto de vista no es justa.

¿Por qué? El premio mayor debería ser para el puntero, quien efectivamente podrá elegir antes que na­die, lo cual es una ventaja, pero si luego el último clasificado solicita re­fuerzos en el cuarto y quinto turnos, por ese orden, se llevará dos ex­ce­lentes jugadores, mientras el líder tendrá que esperar a un octavo turno.

 

Lo más lógico hubiera sido realizar una primera ronda en orden descendente y las dos restantes por sorteo, pero los propios managers de los equipos aprobaron esta metodología de la Dirección Nacional.