Boxeo rumbo a Lima: Opers, jabs y swines en busca de oro

De ahí que de cara al reto mayúsculo que supone el certamen boxístico en Lima haya depositada en esa disciplina una fe infinita, máxime cuando en Toronto sellaron un rendimiento loable al adueñarse de seis cetros y cuatro platas.


Los puños de los boxeadores cubanos han campeado por su respeto en América desde la edición inicial de Juegos Panamericanos. Esa es una verdad indiscutible, al punto de que nuestros púgiles (90-20-16) casi triplican las coronas de los estadounidenses (33-32-41).

De ahí que de cara al reto mayúsculo que supone el certamen boxístico en Lima haya depositada en esa disciplina una fe infinita, máxime cuando en Toronto sellaron un rendimiento loable al adueñarse de seis cetros y cuatro platas.

De esa escuadra repetirán los ases Yosbany Veitía (52 kg), Lázaro Álvarez (60), Andy Cruz (entonces rey en 56 kg y ahora en 64), Roniel Iglesias (69), Arlen López (75), Julio César La Cruz (81) y Erislandy Savón (91), con Damián Arce (49), Osvel Caballero (56), y Dainier Peró (+91) redondeando el elenco que recién finalizó una exigente y provechosa base de entrenamiento en condiciones de altura en Ecuador. Además de Andy, entonces se titularon Álvarez, Arlen, La Cruz, y Savón.

Los nuestros una vez más saldrán con el cartel de favoritos para imponerse por colectivos, independientemente de no tener opciones de antemano en las cinco divisiones para damas, pues como es sabido, la práctica del pugilismo femenino aún no se ha aprobado de manera oficial en Cuba.

Respecto a la estancia preparatoria en Ecuador, el técnico Rolando Acebal expresó al colega Roberto Ramírez que constituyó una de las mejores cumplimentadas en los últimos años, así como ponderó el estado físico, técnico y de mentalidad ganadora que impera en la decena de inscritos, incluso en Roniel Iglesias, quien se recupera de una lesión sufrida en su mano izquierda durante el clasificatorio continental.

Con una responsabilidad suprema sobre sus hombros, y la intención de rondar los siete vellocinos, toca el análisis de cada una de las divisiones:

Damián Arce (49 kg): Sinceramente no es de los que mayores opciones posea de escalar a lo más alto del podio. Tendrá en su camino a púgiles de mayor kilometraje y palmarés, curtidos en disímiles batallas como el colombiano Yuberjen Martínez, el boricua Oscar Collazo, y el ecuatoriano Carlos Quipo, sin descartar al representante de Estados Unidos.

Yosbany Veitía (52): Es el mandamás de América sin discusión y además puntero del ranking Mundial. No deberá descuidarse del dominicano Rodrigo Marte, como tampoco del cafetero David Ceiber Ávila. Claro, que el espirituano exhibe balance positivo frente a todos sus rivales tentativos de este hemisferio.

Osvel Caballero (56): Sin cartel de favorito, Osvel buscará mejorar su performance del clasificatorio, donde cedió frente al quisqueyano Alexis de la Cruz y por fortuna fue arrastrado por este, a la postre campeón. El ecuatoriano Juan Caicedo, el mexicano Christopher Flores y el estadounidense Duke Ragan pueden antojarse no menos peligrosos. Para él colgarse un metal se antojará una tarea harto difícil.

Lázaro Álvarez (60): El pinareño es uno de los mejores boxeadores antillanos libra por libra. Técnico, con dominio de las distancias y excelentes combinaciones que desconciertan a sus adversarios, sigue siendo el principal candidato en su división, pese a que cedió en el clasificatorio ante el igualmente hijo de Quisqueya Leonel de los Santos, un púgil bien experimentado y que también ha cruzado puños en los 56. Otro hueso pudiera ser el venezolano Luis Ángel Cabrera.

Andy Cruz (64): El boxeador más seguro de nuestra escuadra en la actualidad, invicto y con hoja de servicios impecable desde el pasado año, el yumurino no debe tener esa gran oposición. El joven norteño Davis Keyshawn, además del dominicano Elvis Rodríguez y el canadiense Arthur Biyarslanov pudieran plantarle cara, pero en cualquier caso Andy sale con cartel de favorito.

Roniel Iglesias (69): Roniel es una carta de triunfo perenne en nuestras armadas boxísticas. Combina técnica depurada con buenos movimientos y carga dinamita en su puño izquierdo. Si llega al 100% de sus capacidades debe ser candidato a la corona. El norteño Delante Jhonson, y el hijo de Quisqueya, Rohan Polanco, aparecen como los de mayor cuidado.

Arlen López (75): Es otro que ha atravesado por altibajos en los últimos tiempos, al punto de que tampoco pudo blandir sus guantes en Managua. Allí lo doblegó por votación dividida el estadounidense Islay Troy. Pudiera ser otro pleito rocoso si se da, el que sostenga con el colombiano Jorge Luis Vivas. El guatemalteco Lester Martínez, y el azteca Héctor Octavio Aguirre constituyen otros dos contrincantes de consideración.

Julio César La Cruz (81 kg): Avala su candidatura más de una década siendo el rey a este lado del Atlántico, y buscará su tercer oro en línea en Juegos Panamericanos. El ecuatoriano Carlos Mina, el brasileño Michel de Souza a simple vista se antojan sus contrarios de rigor, pero sobre ellos ha pasado el vertiginoso La Cruz en más de una oportunidad.

Erislandy Savón (91): Pocos han podido escapar al castigo taladrante de Erislandy Savón. El guantanamero tiene aval incluso hasta en su torrente sanguíneo, pues es primo del legendario Félix Savón. Sus contrarios suben al ring a enfrentarlo con sumo cuidado y en esta ocasión tanto el colombiano Julio Deivis como el argentino Yamil Peralta, se rifarán el otro lado del organigrama para no enfrentarlo antes de la posible final.

Dainier Peró (+91): Irá a su estreno en estas lides. Destila talento y posee un martillo neumático en sus puños. Ya lo demostró en el clasificatorio continental sobre Cristian Salcedo (COL), y acá en el ámbito doméstico también, sobre los restantes rivales de su peso en la preselección nacional. Para mí, será el eléctrico de la escuadra.

Una mirada rápida a posibles contrincantes de mayor respeto que tendrán en su ruta al oro nuestros púgiles. Lima no será un paseo para ellos. Si me interpelaran, fijaría en seis la cantidad de cetros de los de la Mayor de las Antilas, para emular la foja de hace cuatro años en Toronto. La realidad, entre cuerdas, está por verse.