boxeador cubano, Yosbany Veitía

Cuando algunos le consideraron incapaz de asimilar positivamente una sanción que le alejó de la selección nacional, Yosbany Veitía respondió con la entereza de los grandes.

Multiplicó su trabajo, superó las dificultades con el peso corporal, venció a todos los que intentaron desplazarle en casa y se ganó el regreso a la élite del boxeo cubano.

Hace poco más de un mes quedó en plata en los Juegos Panamericanos de Lima, donde el fallo de los jueces dejó criterios encontrados, y por estos días defiende aquí la faja de los pesos moscas conquistada hace dos años en la ciudad alemana de Hamburgo.

Su estreno en el Campeonato Mundial acogido por el Centro Internacional de Exposiciones de Ekaterimburgo le puso ante al argelino doble medallista universal Mohamed Flissi, quien le “enredó” al punto de verse amonestado par de veces por entradas con la cabeza.

«Me sentí fuera de distancia. Me faltó tirar con mayor frecuencia y efectividad», dijo entonces tras el 3-2 conseguido en medio de la preocupación adicional provocada por el sangramiento de una herida en su arco superciliar izquierdo.

«No resultó un debut que me dejara satisfecho, pero la preparación ha sido muy buena, y en lo adelante tiene que ser mejor», asevera. «El objetivo de retener el título se mantiene», enfatiza a las puertas de su duelo de este martes con el inglés Galal Yafal.

―¿Qué destacarías del período transcurrido desde Lima?

―La base de preparación realizada en Alemania, donde hicimos varios sparrings que nos ayudaron mucho, sobre todo porque tuvimos la posibilidad de encontrar a atletas de características diferentes. Igual, la forma en que aprovechamos aquí los días previos a que entráramos en competencia.

―Iniciaste frente a un hombre bien fogueado, pero no es el único conocido en tu segmento del organigrama...

―Sí, en realidad el sorteo me hizo coincidir con varias figuras de resultados, incluido el campeón olímpico, el uzbeko Shakhobidin Zoirov, con quien tendría que pelar en semifinales, pero ese es el camino y lo importante es que hemos llegado en muy buena forma.

―¿Qué te distingue en plena madurez deportiva?

―Siempre he sentido mucha confianza en mis posibilidades, pero ahora acumulo mayor experiencia, sobre todo porque conozco a los rivales fundamentales, aunque lo más significativo a estas alturas es que me siento muy bien en cuanto al peso, algo que como saben fue muy difícil para mí en determinado momento, incluso lo que me costó la sanción.

A propósito, ese tiempo en tu provincia de Sancti Spíritus...

«Nunca dejé de prepararme, recibí mucho apoyo y siempre estuve convencido de que regresaría al equipo nacional. Después, me fue fácil readaptarme al día a día allí, que es muy exigente».

―¿Presiona defender el cetro?  

―No es igual cuando llegas a un torneo sin tanta responsabilidad, pero ya son muchos los años a este nivel, y eso lo hace menos complicado. Hay que pensar en que cada pelea es como sumar un “granito de arena” hacia ese objetivo.