El clavados cubano pudiera decirse ha pasado por mucho desde el último recuerdo olímpico. Todavía dibujo la imagen de José Antonio Guerra y Jeinkler Aguirre describiendo filigranas desde los diez metros y ese quinto lugar en la plataforma sincronizada (450.90 puntos).
Coquetearon ambos con una presea, lo mismo que Guerra, el major clavadista cubano de todos los tiempos en solitario, donde igualmente se ubicó Quinto (527.70).
Mucho ha llovido desde entonces, no pocas batallas se han librado y la ausencia en Río de Janeiro 2016 pudiera decirse sirvió para realizer análisis profundos y replantearse el rumbo.
Hoy Peter Hernández, otrora clavadista de selecciones nacionales, mueve los hilos de los cinco preseleccionados que estarán involucrados con la búsqueda de boletos a Tokio, reservada para finales de abril-principios de mayo, como parte de una lid preolímpica que acogerá tentativamente la propia capital nipona.
Lo acompaña en la cruzada en pos de ese sueño el propio Guerra, mientras que Jeinkler sobrevive como el ornamentalista más longevo y bujía de sus cuatro coequiperos.
En un scenario sui géneris de preparación, bajo regimen de burbuja, accedimos a dialogar con Peter, eso sí, bajo los más estrictos protocolos sanitarios establecidos en el Complejo de Piscinas Baraguá, una especie de Cubo de Agua, salvando las distancias, ubicado al este de la capital:
¿Cómo y hacia dónde ha estado dirigido el trabajo con los preseleccionados desde que se incorporaron a la preparación después de tantos meses de impasse?
“Los dos primeros meses fundamentalmente sometimes a los muchachos a un proceso de adaptación. Se trató de ver en que condiciones se encontraban físicamente, independientemente de que durante los ocho meses de inactividad estuvieron trabajando ese componente desde las provincias, pero no todos pudieron cumplir con el plan diseñado de igual manera.
En este caso las dos principals figuras, Jeinkler y Anisley, tuvieron escenarios diferentes:
Jeinkler pudo hacerlo major en Camagüey. La situación epidemiológica se lo permitió, y además tenía a Hugo, uno de los entrenadores del equipo nacional y de hecho, hicieron un muy buen trabajo.
Sin embargo Anisley acá en La Habana, con la situación mucho más complicada se mantuvo trabajando pero en casa. No hizo gimnasio, ni nada específico asociado a la técnica.
Lo primero fue investigar en ver cómo se encontraba cada uno.
A partir de enero comenzamos a incorporar cuestiones técnicas y a ganar en especificidades en la etapa especial. Cabe destacar que ellos llegaron bastante bien y asimilaron ese primer momento rápido, en consonancia con esa forma no perdida del todo.
Ahora estamos hacienda los tiempos preparatorios de los saltos, subiendo algunos calvados a diez metros, que es el evento fundamental en el que estaríamos participando en el clasificatorio. Solo en individuales”.
Respecto a los programas de saltos de nuestras figuras, y en medio de un scenario forzado por el Coronavirus tan complicado, ¿cómo los ves respecto a su posible clasificación?
“A nivel mundial sabemos que se han movido mucho los calendarios competitivos product de la Covid-19, pero el calvados solo hizo un movimiento de una lid inicial pactada para febrero hacia finales de abril.
En consecuencia con eso los muchachos se ven bastante bien.
Jeinkler que es mi alumno propiamente está caminando seguro. Esa etapa de trabajo físico le vino muy bien, y acá en el gimnasio hemos preparado con una serie de medios de los que disponemos una secuencia de imitaciones de sus clavados bien rigurosa. Específicamente en el caso de la parade de manos, que era uno de loss altos en el que mayor dificultades presentaba, lo ha montado muy bien.
Es un clavadista de maestría deportiva y eso es un element de autoconfianza a su favor siempre.
Anisley se mantiene físicamente muy bien, y está trabajando sobre su programa habitual, puliendo los saltos preparatorios (calvados básicos), y asimilando bien el resto del programa”.
Si vamos a la complejidad de sus rutinas, ¿distan mucho de la élite en este momento?
“En el mundo entero conocemos que los elementos y grados de dificultad de los calvados se han elevado considerablemente. En el caso de Jeinkler, es un atleta de 30 años, el cual ha sufrido lesions que en algún momento marcaron su desarrollo. Es muy difícil con esta edad lograr saltos con él de los más complicados, pero con el programa que tiene, el cual es complejo y no dista mucho de lo que se mueve hoy día, haciéndolo en un rango de 7-8 puntos, debe incluirse entre los 18 que clasificarían a los Juegos Olímpicos.
En el caso de Anisley sucede otro tanto. Son atletas que ya en un momento determinado han realizado puntuaciones de nivel en Juegos Panamericanos, fases de Serie Mundial y demás.
La idea es justamente estabilizar rendimientos y pulir al máximo esos programas para asegurar la clasificación. Luego una vez logrado ese primer objetivo valoraríamos la posibilidad de incorporar o variar algún salto, pero preferimos buscar estabilidad”.
¿Cúal es la perspectiva de los restantes tres preseleccionados?
“Nosotros tenemos cinco atletas. Jeinkler y Anisley por la calidad que poseen y su trayectoria serían los dos inscritos al preolímpicos. Tenemos un tercer caso que es Carlos Daniel Ramos, un plataformista joven que se ganó una de las becas que otorga la Federación Internacional en Kazán, Rusia. Eso le permitiría participar en algunos eventos internacionales, inlucida la posibilidad de incursionary en el clasificatorio igualmente.
La FINA le costea su participación en este caso.
También tenemos otros dos atletas con talento, potencialidades y juventud merecen estar preparándose al máximo sin interrupción alguna y con opciones de competir. Uno es Laidel Domínguez, y el otro es Luis Gustavo Cañabate.
Laidel es trampolinista y Cañabate, aunque hace ambos eventos, se le da mejor la plataforma en este minuto. Ambos tienen la posibilidad de hacer la puntuación, pero esto se ha hecho difícil. Han entrenado, pero no lo suficiente. Si logran hacerla acá, haremos todo lo posible por que puedan materializer su participación.
Lo Bueno es que ya están trabajando sobre loss altos, tanto en trampolín como en la plataforma.
Además, este format de burbuja los mantiene con niveles más altos de enfoque y nos permite realizer dos sesiones de calvados diarias, combinadas con otras dos de gimnasio, lo que hace de seis a ocho horas de entrenamiento”.
Realidad del ornamentalismo cubano. Tokio en el horizonte, y desde allí, desde ese oasis que constituye el tanque de calvados para los cinco mosqueteros, y con la convivencia en ocasiones con exponents de natación y triatlón, tejen su sueño entre mortals y giros, uno que les permita regresar a la palestra bajo los cinco aros y tener Londres como un referente más cercano y no una quimera.