Como hace siempre que tiene una competencia importante, la pesista Ludia Montero dedicó la noche de este viernes en Japón a pintar sus uñas. Es una especie de ritual, una rutina que la ayuda a despejar la mente y visualizar mejor cada movimiento para alzar por encima de su cabeza el mayor peso posible.
La primera vez se enfrentó seria a la palanqueta, se retó a si misma, apretó los labios y de un tirón puso la barra en lo más alto. Mientras en un segundo las pesas subían como una explosión, su pelo parecía escapar de la cinta azul que utiliza para sujetarlo. Aunque podía intuirlo, no sabía a ciencia cierta que en poco tiempo haría historia.
Lo comprobó después, cuando terminó el grupo A de los 49 kg del levantamiento de pesas y ella vio su nombre en la casilla número seis, un sitio donde jamás ha llegado ninguna pesista cubana. Hace cinco años, cuando Marina Rodríguez abrió para la Mayor de Las Antillas la presencia femenina en este deporte bajo los cinco aros, también firmó un octavo lugar de mucho brillo.
Ahora Ludia, subcampeona mundial en 2019 en los 45 kg, tuvo alzadas de 82 kg en el arranque y 96 kg en el envión. Falló los terceros intentos en cada movimiento, pero aun así igualó su cota personal en el primero de ellos y en el total. Así dominó a las mujeres que la acompañaron como parte del grupo B. Sin embargo, aun debía esperar por las alzadas de las principales contendientes.
Alrededor de dos horas después comenzaron su competencia las más forzudas. Ya Ludia tenía seguro el noveno puesto, pero aun no le bastaba. Cuando pasó por la zona mixta le contó a la prensa de su mezcla de sentimientos. Por un lado estaba contenta; del otro, sentía que le quedaron fuerzas por explotar.
Mientras tanto, en el tabloncillo una competidora japonesa se resentía una lesión y dejaba a medias la prueba. Ya Ludia era octava. Un poco después, otra rival tampoco resistió y dijo adiós sin alcanzar los números de la granmense, ubicada ya en el séptimo puesto. Finalmente, una representante de Francia quedó en 177 kg y tampoco pudo sobrepasarla.
A sus 22 años Ludia Montero ya no es solo la única medallista mundial de este deporte entre las damas, sino también la que más cerca ha estado de un podio olímpico. Aun a Cuba le restan dos chicas y un hombre por competir en Tokio. Ojalá el éxito de esta apertura los inspire. A fin de cuentas, hay medallas que no se cuelgan en el pecho.