Lo vi salir cabizbajo tras su clasificación de los 100 metros planos. El que se quedó parado en el bloque de arrancada y luego no pudo recuperarse para acceder a la final. No era el Leinier Savón que conozco, no el de siempre, no el que posee 10.72 segundos de marca personal en el hectómetro y que lllegaba a Tokio con 10.75 certificados en la actual temporada…
Habría que ponerse en el lugar del guantanamero de 32 años o de cualquier otro deportista para ver cuántas cosas vienen a tu mente en fracciones de segundo, cuando el starter suena su disparo y tienes que cual felino en busca de su presa, reaccionar, erguirte, correr… como si la meta fuera el horizonte de la salvación, y la gloria.
Pero la redención existe, y Lienier estaba dispuesto a materializarla en la capital nipona. Apostó precisamente a su explosividad en la carrera de impulso, su mejor recurso, para en el sexto y último salto de su secuencia aferrarse a ella, y con estirón de 7.16 metros, récord de América además, colgarse la plata en el salto de longitud categoría T12 (débiles visuales) e inaugurar a Cuba en el medallero de Tokio.
Ya la ansiedad pesaba, tanto en el guantanamero como en los miles de aficionados que desde nuestras casas hemos continuado con esta maratón deportiva veraniega: Brasil, imponente a este lado del Atlántico, Colombia, sigue patentando todo el impulso que le ha dado en los últimos años tanto a su deporte convencional como al de discapacitados… y Cuba, en seis fechas competitivas, no había inaugurado el medallero.
De vuelta a Leinier, sucesor del iraní Amir Khosravani (7.21-marca personal), cabe destacar que tuvo una secuencia bien estable, sin fouls, y con registros superiores a los 6.74 que le habían valido el octavo escaño en Río de Janeiro 2016. Así dan fe sus (6.92-6.82-4.47-6.83-7.01 y 7.16), señal de una competencia ascendente, determinado a no dejar escapar su segunda oportunidad, a sacudirse en lo deportivo y anímico de la huella de un sinsabor, y a proyectar, a la vuelta de tres años, su presencia en París, aunque ello signifique continuar alejado buena parte del año de su pequeña de dos abriles y mayor motor.
Bravo por este pequeño-gigante de 1.63 metros, quien suma esta plata a su doble condición de rey de los 100 y el doble hectómetro en la ciudad maravillosa hace cinco años, con estirpe de campeones en su ADN. Sus ídolos, Iván Pedroso y Usain Bolt, al igual que Cuba toda, deben de estarle aplaudiendo.
Por cierto, en la pruebna, su compatriota Ángel Jiménez se lesionó el femoral derecho y no pasó de 6.25 metros, válidos para el noveno puesto entre 10 participantes, completando el podio el azerí Said Najafzade (7.03).
El disco de Leonardo siempre vuela alto y bien
Leonardo Díaz es un caballo de batallas de la vida. No solo por el hecho de haber alcanzado su cuarta presea en Juegos Paralímpicos, desde su debut en la edición de Atenas 2004, sino por el hecho de que acumula 18 años en estos menesteres de lanzar disco, bala y jabalina desde su silla de ruedas, desde que debutara en el lejano 2003 en Mar del Plata, Argentina, como paraatleta.
Ahora en Tokio, Leonardo a sus 46 años y quien sufriera una lesión en la médula que le provocó paraplejia en 2011 siendo miembro del ejército, llevó el disco hasta 43.36 metros para hacerse del bronce en la categoría F56, el cual suma a sus cetros de Beijing 2008-40.87, y Londres 2012-44.63; y el brnoce igualmente en Río 2016-43.58.
Antecedieron en esta ocasión al bayamés el fenomenal brasileño Claudiney Da Silva (45.59-plusmarca paralímpica), poseedor además del tope universal absoluto (46.68), y el indio Yogesh Khatuniya (44.38-marca de temporada al igual que Leonardo, quien confesó a Jit haber trabajado para el oro, por lo que de seguro lo embargó una mezcla de satisfacción y deuda.
Nuevamente retribuyó Leonardo, con el bólido jamaicano Usain Bolt como ícono, lo es para muchos sinceramente, y cuatro veces as del orbe, toda la confianza depositada en él por su familia, su pueblo de Bayamo, y su entrenador Carlos Licea.
Premió horas, días, años en el gimnasio dándole duro a los hierros para poder llevar su disco hasta una órbita inalcanzable para muchos, y así asegurar su cuarto metal en estas lides.
Cuba tuvo otros rendimientos de relieve en el estadio Olímpico de Tokio: primero la clasificación con holgura de Omara Durand, la mujer más rápida en el panorama paralímpico, a la final de los 400 metros planos categoría T12.
Junto a su guía Yuniol Kindelán, y luego de una advertencia por una primera arrancada ilegal, Omara devoró la vuelta al óvalo en 55.33 segundos, sin desgaste ni presión, crono con el cual además comandó a las cuatro que accedieron a la instancia finalista. Omara, es la actual reina regente y plusmarquista, con impresionantes 51.77, que incluso se tornan inaccesibles para muchas deportistas convencionales.
El otro performance en Do mayor fue el del jabalinista F46 Guillermo Varona, quien fiel a swu filosofía “siempre fue por más”. El camagüeyano de 26 abriles y discípulo de la otrora estelar Xiomara Rivero fue cuarto con disparo de 63.30 metros que constituyeron tope de América.
Pero su definición fue una de las más “cruentas en Tokio, y no exclusivamente por el récord mundial del dorado Dinesh Priyan Herat (67.79), de Srilanka, sino además por los envíos de los indios Devendra (64.35-registro cúspide), y Sundar Gurjar (64.01-marca de campaña), plata y bronce, respectivamente con registros que hubiesen sido valedores del cetro en la versión precedente.
Varona tuvo sus cinco intentos válidos sobre 60 metros, a razón de (60.96-X-63.30-62.60-60.10 y 61.86), siempre aspirando al lauro máximo, que escapó de una excelente actuación y sus esfuerzos en esta oportunidad.
Así selló Cuba su jornada competitiva, insertada en el medallero en el puesto 58 gracias a una plata y un bronce, entre 78 naciones que al menos se han agenciado una presea, y con China (54-35-30) en calidad de puntera inobjetable.
Completan el quinteto de líderes Gran Bretaña (26-20-22), el Comité Paralímpico Ruso (19-11-31), Estados Unidos (17-19-12), y Ucrania (12-26-14); en tanto Brasil 11-8-15), séptima; y Colombia (2-4-7) para el escaño 25, lideran a Latinoamérica y el Caribe. Usted, como siempre, continúe acompañando estas historias de entrega e inclusión junto a nosotros.