Enfrentar un nuevo código de puntuación constituyó el principal desafío para los jóvenes integrantes de la selección cubana de natación artística, en pos de ganar espacios en el contexto internacional.
Con el sistema implementado en todas las competiciones, se pretendió equilibrar las evaluaciones, a partir de que el valor de cada elemento técnico se calcula según su grado de dificultad mediante complejas fórmulas matemáticas.
Si bien el método garantiza mayor precisión, también ofrece más protagonismo a lo técnico sobre lo artístico, uno de los valores primordiales de esta disciplina.
Los exponentes de la Isla, en medio de ese panorama y sin muchas opciones para poner a prueba las exigentes modificaciones, debieron encarar los eventos más significativos de la temporada: los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador 2023, el Campeonato Mundial de los Deportes Acuáticos de Fukuoka 2023 y los XIX Juegos Panamericanos de Santiago 2023.
En el primero de esos estrenaron los cambios exigidos con esperados altibajos. Se mostraron mejor en las rutinas libres que en las técnicas, no llegaron al podio pero garantizaron la clasificación del dueto femenino a la cita multideportiva continental.
Pocos días después encararon el Campeonato Mundial. Relevante el avance a la final de Andy Manuel Ávila en el estrenado evento de solo masculino. Incluirse entre los candidatos a medallas resultó histórico, más allá de sus escasas posibilidades de acceder a los premios.
La incorporación de Andy a un grupo hasta entonces formado solo por muchachas ha marcado un hito y constituye un paso trascendental para seguir creciendo con cada presentación.
En la recta final del año llegó otra buena noticia. Se abrió la posibilidad de que el equipo compitiera en Santiago 2023, luego de que Aruba renunciara a la plaza conseguida en San Salvador 2023.
La incursión en la capital chilena permitió evaluar el trabajo realizado, enfrentar el rigor de jueces de máximo nivel y sacar experiencias del roce con potencias mundiales como Estados Unidos, México y Canadá, conscientes de que las medallas estarían fuera de alcance.
Otra vez las mejores notas salieron de las rutinas libres, evidencia de lo mucho por hacer en el colectivo liderado por la entrenadora Kenia Fonts. El reto está en minimizar los fallos en las ejecuciones técnicas, con exigencias cada vez más complejas.
En el plano doméstico, la situación no resulta diferente a la que se atraviesa en otros deportes acuáticos, básicamente en lo referido a las instalaciones, fundamentalmente en las provincias que habitualmente nutren a la selección élite. Ampliar la matrícula de varones y la superación de la fuerza técnica aparecen como otras metas.
El primer compromiso de 2024 llegará en febrero con el certamen universal que acogerá Catar, donde se repartirán boletos para los Juegos Olímpicos de París.
El sueño de competir en la capital francesa se hace más lejano dada la ausencia en el programa del dueto mixto, en que se han conseguido los mejores resultados en los últimos certámenes internacionales. El año por venir será entonces propicio para continuar la adaptación a los cambios y consolidar la estabilidad en la selección nacional con la mira en futuras meta.