En medio de tantas emociones por su corona olímpica, la judoca brasileña Beatriz Souza dedica hoy palabras elogiosas para su rival y amiga cubana Idalys Ortiz, quien quedó fuera de medallas en sus quintos juegos.
En declaraciones a Prensa Latina, y apenas conseguido su título olímpico en París 2024, Souza ponderó cuánto han significado dos judocas en su carrera deportiva, su compatriota María Suelen Altherman y la multicampeona cubana, varias veces medallista del orbe y cuatro en citas bajo los cinco aros, incluido su cetro en Londres 2012.
“María Suelen significa mucho para mí, compartimos entrenamientos y es un importante apoyo para el trabajo diario para reforzar el factor mental, la concentración y la fuerza; Idalys es una rival muy especial, es mi ídola, un paradigma a seguir”, indicó.
“Guardo muy gratos momentos con ella, otros no tanto, pues siempre nos ganó a mí y otras brasileñas en juegos y campeonatos panamericanos”, dijo entre pícaras sonrisas, común tras pasar de la rivalidad al anecdotario que cada atleta guarda más allá de los tatamis y las competencias.
“Tengo especial devoción por Idalys Ortíz. Ella es ejemplo en todo, no solo por ser multimedallista olímpica y mundial, por su maestría deportiva, sino por sus sentimientos y respeto hacia todos, por sus valores humanos”, destacó.
“Quiero contarles una anécdota que guardaré siempre. En mi primer torneo en la categoría senior quedé eliminada en el combate inicial, ella me vio llorar desconsoladamente, apenas me conocía, yo salía de la categoría juvenil, pero se me acercó y se sentó a mi lado. Me consoló y me dijo: vamos, arriba que estás empezando y vas a llegar muy lejos”, agregó.
“La admiro muchísimo y me inspira a seguir, a seguir fuerte”, acotó, aún dejando correr lágrimas como las que millones vieron, mientras sonaba el himno brasileño y la bandera “verdeamarelha” subía más alta que las otras dentro de la Arena de los Campos de Marte.
La víspera, la superpesada brasileña (78 kg) dio a su país la primera medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Souza acalló por completo las gradas de la Arena de los Campos de Marte cuando en semifinales derrotó a la estrella francesa Romane Dicko, la líder del ranking mundial de la Federación Internacional de Judo (IJF), pero no satisfecha salió con todo en la final ante la israelí Raz Hershko y consiguió el anhelado título para todo atleta.
La nacida hace 26 años en la localidad paulista de Itariri resolvió el pase a la final con ippón y de paso tomó venganza de la estrella francesa, la gran favorita aquí, contra la que había perdido en la final del Mundial de 2022.
Y el cierre, impecable, fuerte, con wazari marcado a la israelí Hershko, en apenas 44 segundos de combate, ventaja que supo mantener para delirio de sus compañeros de equipos, aficionados brasileños presentes en la Arena parisina y más de 200 millones que le seguían desde la distancia.