París.- DE CONTINUAR la estela de premios que una noche antes iniciara el legendario Mijaín López, se encargaron hoy Yusneylis Guzmán y Gabriel Rosillo. Los ganadores de medallas de plata y bronce, respectivamente, convirtieron a las luchas en el deporte más exitoso para Cuba en los Juegos Olímpicos con sede en esta ciudad. Ningún regaló podrá igualar el significado que la habanera se ha hecho la víspera de su cumpleaños 28. «Son muchas emociones juntas, creo que hasta que no pasen unas horas no voy a poder decir exactamente como me siento», aseguró feliz, a pesar de haber cedido minutos antes ante la experimentada estadounidense Sarah Ann Hildebrandt (0-3) en el último combate de la división de 50 kilogramos. Pocos -para no ser absolutos- se atrevieron a colocarla en el podio parisino, y no por desconfiar en sus capacidades. Más bien se trataba de un pronóstico realista, basado en el alto nivel que encontraría la Chiqui en su segunda experiencia olímpica. Sin embargo, ella se encargó de reescribir la historia, añadiendo un capítulo inédito a la parte dedicada a las gladiadoras de la Isla. Con talento y empuje consiguió se impuso en sus dos presentaciones iniciales sobre la turca Evin Demirhan y la lituana Gabija Dilyte. Luego vendería cara su derrota ante la india Vinesh Vinesh, la misma que horas más tarde sería incapaz de dar el peso para combatir en la final. Con la suerte a su favor, Yusneilys entró a un terreno insospechado. Espero que si hiciera oficial el anuncio de que ocuparía el puesto de su victimaria en semifinales. «Nunca esperé algo así… aunque mucho que lo soñé», confesaría luego. «En la vida todo es cuestión de creérselo, nada es imposible. Las metas son solo eso… creérselo y decir se puede y sí se puede», recalca emocionada, porque sabe que asumir esa filosofía ha sido una de las grandes misiones asumidas por Filiberto Delgado, más que entrenador una figura paterna, responsable en buena medida de lo sucedido esta esta noche en la Ciudad de la Luz. Para Rosillo (97 kg) el tránsito hacia el podio terminó más rápido de lo esperado, porque la lesión del veterano uzbeko Rustam Assakalov, a quien ya le había sacado dos puntos de ventaja, le dejó con ganas de asegurar su medalla sobre batallando sobre el colchón. El santiaguero, campeón mundial de Belgrado 2023, ganó su primera medalla bajo los cinco aros, que si bien no es el título soñado, le ratificó como uno de los mejores en su división. «Me toca seguir mejorando, tengo deficiencias y si quiero cumplir el sueño de conquistar un título olímpico en el futuro, es lo que me toca», reconoció el también campeón de los Juegos Panamericano en Santiago 2023. A pesar de las preseas sumadas, la jornada no fue del todo feliz para la armada de la Isla, al perder Luis Alberto Orta la oportunidad de repetir su coronación de Tokio 2020, pero ahora en la división de 67 kilogramos. El capitalino inició la ruta con un cómodo éxito 8-0 sobre el japonés Kyotaro Sogabe, pero en el segmento de cuartos de final le tocó enfrentar al iraní Saeid Esmaeili Leivesi, quien se convirtió en un escollo infranqueable. El representante de la nación persa puso sobre el colchón una variedad de recursos indescifrables para el cubano, quien terminó cediendo por superioridad (0-9) y quedando a merced de la suerte que corriera luego su rival. La llegada de Esmaeili a la final abrió a Orta las puertas de la fase de repechaje y este jueves enfrentará al argelino Ishak Ghaiou. Una victoria le colocaría en el combate por una de las medallas de bronce, apenas un bálsamo para el inesperado tropiezo en la ruta hacia una nueva corona |