La velocista cubana Omara Durand, en su trono de esfuerzo y voluntad, ha sido coronada hoy en la Encuesta Deportiva de Prensa Latina como la Mejor Atleta Femenina del Año en Latinoamérica y el Caribe.
En un rincón de la historia deportiva, donde las almas brillan más que los cuerpos, el nombre de esta mujer con una discapacidad visual que la guía hacia horizontes inimaginables, iluminó los Juegos Paralímpicos de París 2024 y fue reconocida con el voto de 40 medios de comunicación para vencer con holgura en su categoría.
Fue la pista del Stade de France donde, con cada zancada, rompió las cadenas de los prejuicios y tejió un nuevo relato para el deporte. Su victoria no fue solo contra el cronómetro, sino contra un mundo que tantas veces olvida incluir a los invisibles.
Sus coronas ganadas en las distancias de 100, 200 y 400 metros planos guiada por su inseparable Yuniol Kindelan, fue un baile perfecto, una sinfonía de confianza y valentía.
En cada llegada a la meta triunfó también la humanidad, que aprende a mirar más allá de las barreras físicas. Su velocidad no reside únicamente en sus piernas, sino en su capacidad de inspirar, de transformar las miradas ajenas y de demostrar que los límites son solo mentiras que nos contamos.
El reconocimiento a Omara por encima de atletas convencionales, marca un hito en la historia del deporte latinoamericano. Este gesto de inclusión no es un regalo ni una concesión, sino el justo reconocimiento a una atleta que ha hecho de su vida un himno de lucha y victoria.
Ella no compite en un mundo aparte; ella es parte esencial del deporte universal, donde el sudor y la pasión no distinguen.
Omara Durand es más que una campeona paralímpica: es un símbolo de la igualdad en el deporte, una luz que guía hacia un futuro donde las diferencias se celebran y las barreras se derrumban.
En sus logros no solo hay medallas, sino un eco que resuena en las almas de todos los que creen que el deporte, como la vida, es para todos. Su legado, como sus carreras, no tiene fin y por eso tiene su puesto seguro entre las inmortales del deporte.