Festejos por el Día de la Cultura Física y el Deporte en Sancti Spíitus. Foto: Archivo.

Los extraordinarios logros deportivos alcanzados por Cuba a lo largo de más de un siglo de historia olímpica no son fruto de la casualidad, sino el resultado de una visión estratégica concebida desde el programa del Moncada y materializada con el triunfo revolucionario del 1ro de enero de 1959.

El impulso definitivo lo proporcionó el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, cuyo profundo convencimiento sobre el papel del deporte en la construcción de una sociedad socialista más sana e integral transformó para siempre el panorama de la cultura física en la isla.

Cada 19 de noviembre, en cumplimiento del Decreto No. 128 emitido en enero de 1985 por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, la nación cubana celebra el Día Nacional de la Cultura Física y el Deporte. Esta conmemoración tiene un doble propósito: estimular la práctica del ejercicio físico como un derecho irrenunciable de todos los ciudadanos y reconocer la entrega de miles de hombres y mujeres que consagran sus esfuerzos a esta noble y vital tarea.

Los cimientos de un sueño: La clausura que marcó el rumbo

Para comprender el significado de esta fecha es necesario remontarse al 19 de noviembre de 1961. Ese día, en el Coliseo de la Ciudad Deportiva, el entonces Primer Ministro Fidel Castro clausuró la primera Plenaria Nacional del recién fundado Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER). 

Fidel Castro y Orlando Martínez, primer campeón olímpico después del triunfo de la Revolución. Foto: Archivo

No fue un evento aislado, sino la culminación de un extenso proceso de análisis que recorrió todo el país, reuniendo a miles de delegados en cada provincia. El objetivo era evaluar el despliegue y la labor de los Consejos Voluntarios Deportivos (CVD), una red que se expandía con rapidez por centros de trabajo, escuelas, cooperativas, granjas, unidades militares y barrios, impulsada por el entusiasmo de miles de activistas.

En aquella histórica reunión, el director fundador del INDER, José Llanusa Gobel, presentó un informe que reflejaba la magnitud del movimiento: 5026 Consejos Voluntarios integrados en toda la geografía nacional, con la participación de 100 560 activistas. Eran cifras logradas en un período notablemente breve, que evidenciaban el carácter masivo y popular que el deporte adquiría bajo la Revolución.

El discurso visionario: Principios de un deporte nuevo

Fidel Castro juega deportes con estudiantes cubanos. Foto: Archivo

Con su aguda capacidad para diagnosticar el presente y proyectar el futuro, el líder de la Revolución, delineó en su intervención los principios rectores que garantizarían el desarrollo deportivo de la nación. Sus palabras, proféticas en muchos aspectos, establecieron un modelo de deporte basado en la participación masiva y en valores sociales.

El Comandante en Jefe fundamentó la esencia de esta política:

“La educación física y el deporte constituyen necesidades impostergables para la nación. Hubiera sido una imperdonable omisión revolucionaria desconocer esta verdad, pues de ello depende la formación de una ciudadanía más plena y saludable, como aspira nuestro proyecto social”.

Ante el fenómeno de masas que comenzaba a desarrollarse, expresó: “Resulta matemáticamente inevitable que de este torrente participativo emerja una generación excepcional de atletas de altísimo nivel.”

Y argumentó: “Existe una diferencia esencial entre escoger nuestros valores deportivos entre unos pocos miles, versus hacerlo desde una base masiva de cientos de miles de practicantes sistemáticos. Esta amplitud de base, combinada con métodos científicos de entrenamiento, constituye la fórmula segura del éxito”.

Dirigiendo su mirada a los espacios fundamentales, enfatizó: “En las enseñanzas primaria y media debemos llevar al máximo el impulso de la educación física y el deporte. Idéntico empeño corresponde desplegar en el universo laboral...”.

Reflexionando sobre la esencia del verdadero espíritu deportivo, precisó: “Debemos honrar en su más auténtica dimensión el principio de que 'lo importante no es vencer, sino competir'. El deporte debe convertirse en vehículo de confraternidad, amistad genuina, unidad nacional e integración social, siempre al servicio de los supremos intereses del pueblo”.

Finalmente, proyectando su visión hacia el escenario internacional, sentenció:

“Naturalmente, sin abandonar el sano propósito de competir, todo atleta debe bregar por la victoria dentro de un marco de emulación fraterna. Cuando nuestra Patria irrumpa en el firmamento deportivo internacional, entonces contemplaremos la verdadera magnitud de este movimiento de educación física y deportes”.

La institucionalización de una jornada de pueblo

La solicitud de dedicar un Día Nacional a la Cultura Física y el Deporte fue una demanda constante del movimiento deportivo durante años. La oficialización de la fecha en 1985 representó, por tanto, la materialización de un anhelo colectivo y un justo homenaje a una actividad de arraigo popular que ha dejado una huella profunda en la historia deportiva del país.

Para tan significativa celebración, se eligió como primera sede a la provincia de Pinar del Río, en reconocimiento a sus notables resultados en la esfera deportiva. El sábado 16 de noviembre de 1985, el Estadio Capitán San Luis fue testigo de un acto de masas que desbordó todas las expectativas. La ceremonia comenzó con la reproducción de las palabras pronunciadas por Fidel en 1961. 

El desfile de las representaciones de las entonces 14 provincias y del Municipio Especial Isla de la Juventud fue una muestra de unidad. La bandera nacional fue portada por los legendarios Malagones, mientras que el estandarte del INDER fue enarbolado por la atleta de la selección nacional de baloncesto Ana Gloria Hernández. La presidencia del acto estuvo encabezada por el Vicepresidente del Consejo de Ministros, José Ramón Fernández. 

Las palabras centrales estuvieron a cargo del bicampeón olímpico en Montreal 1976, Alberto Juantorena Danger, quien destacó el papel de Pinar del Río como anfitriona. El espectáculo cultural-deportivo incluyó la novedosa presentación de una pizarra humana y composiciones gimnásticas, culminando con la ejecución “¡Viva la Cultura Física y el Deporte!” a cargo de los estudiantes de la Escuela Provincial de Educación Física (EPEF) Nancy Uranga Romagoza.

La jornada había comenzado en horas de la mañana con un desfile que reunió a más de 24 mil pinareños, marchando junto a figuras cimeras del deporte cubano como Teófilo Stevenson, Miguel Cuevas Piedra, Enrique Figuerola y Silvio Leonard, entre otros.

La inauguración de una exposición de implementos deportivos fabricados por la industria local y la realización de actividades similares en todos los municipios convirtieron aquella primera edición en una verdadera fiesta del deporte cubano, confirmando que el sueño de masificación concebido en 1961 había echado raíces profundas en el pueblo.