La Habana.- Cuba se opondrá resueltamente a la aplicación de medidas coercitivas unilaterales, sanciones, aranceles o tarifas punitivas a los productos chinos por parte de Estados Unidos, y también en otras regiones del planeta, resaltó el Ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, en entrevista ofrecida a la Agencia de Noticias Xinhua News, de China.
El Canciller declaró, además, que China y los países en desarrollo del Sur son aliados naturales, por lo que Cuba considera una gran oportunidad la extensión a América Latina y el Caribe de la Ruta de la Seda, megaproyecto del Gigante Asiático.
Esta iniciativa comercial persigue el objetivo de posicionar a China en una subregión que se encuentra en crecimiento (América Latina y el Caribe), como una posibilidad de incrementar su influencia regional.
Un Cinturón Una Ruta (One Belt One Road, OBOR), es el nombre oficial de esta nueva forma de estimular la economía china y que, visto de forma estratégica, busca que el país asiático reduzca su dependencia de una salida al Pacífico rodeada de territorios aliados de Estados Unidos.
La investigadora Yanet Martínez Pérez declaró a Prensa Latina que la Nueva Ruta de la Seda tendría repercusiones de carácter económico, geoestratégico y geopolítico en el Sudeste asiático, en particular con el incremento de la presencia e influencia china y el reordenamiento del panorama político, económico y social.
China ofrece una nueva posibilidad al mundo, que se fundamenta en abandonar la ley de la selva, el hegemonismo y poder político de suma cero, para reemplazarlo con la fórmula ganar-ganar, agregó la investigadora.
En la visita a China del presidente cubano Miguel Díaz Canel Bermúdez, en noviembre de 2018, la Isla fortaleció su vinculación a la Iniciativa de la Ruta, a partir de la firma de un Memorando de Entendimiento entre ambos gobiernos para la Cooperación en el marco de la iniciativa de la Franja Económica de la Ruta de la Seda y de la Ruta Marítima de la Seda del siglo XXI, que entró en vigor hace poco tiempo.
Según afirmó Gladys Bejerano Portela, vicepresidenta del Consejo de Estado de Cuba, en el sub Foro Ruta de la Seda Transparente, que sesionó en el II Foro de la Franja y la Ruta de la Seda para la Cooperación Internacional, celebrado en el mes de abril de este año, Cuba está dispuesta a contribuir para que esta iniciativa crezca robusta, con eficiencia, transparencia y probidad ética, así como la expresa voluntad del país de mantener y ampliar la cooperación internacional en la prevención y la lucha contra la corrupción.
Alrededor de dos mil 300 años atrás, se instauró una vía, a través de Asia Central y Oriente Próximo, por la que los mercaderes intercambiaban productos de los dos extremos del continente euroasiático; esta forma de comerciar permitió el florecimiento de la compraventa, la cultura y el descubrimiento de avances como el hierro fundido y el tejido de seda de Oriente o el vidrio de Occidente.
De cumplirse los planes chinos, la ruta donde una vez se comercializaron seda, especias, té, porcelana, oro y plata, podría cambiar la economía mundial, transformar a su paso el pensamiento y la cultura y encumbrar al Gigante Asiático como hiperpotencia a nivel global.
Rodríguez Parrilla aseguró que las políticas chinas relacionadas con el intercambio económico, comercial y de inversiones en los países del Sur son altamente apreciadas, porque son respetuosas del derecho internacional, la independencia y la soberanía de los países.