Después del llamado día cero, el 1 de enero de este año, la vida económica y social de Cuba cambió con el ordenamiento monetario, un proceso complejo que muestra su validez luego de cinco meses de implementación.
Fue con el inicio de 2021 que arrancó la Tarea Ordenamiento, compleja y no exenta de dificultades y retos al enfrentar la devaluación del peso cubano frente al dólar, la subida de los costos y también el rápido crecimiento, y a veces injustificado, aumento de los precios.
A ello se sumó una reforma general de salarios, pensiones y subsidios de la seguridad social, que permite distribuir los ingresos de acuerdo al principio socialista mediante el cual el que más aporte y trabaje, y más eficientemente lo haga, gana más.
Novedades, ajustes y correcciones sobre la marcha, se suman a este camino que no solo incluye a la economía, sino que transversaliza los diferentes sectores del país.
Hace apenas unos días el ministro cubano de Economía, Alejandro Gil, comentó que cuando comenzó esta importante labor se produjo una fuerte devaluación al llevar la tasa de cambio en el sistema empresarial de 1x1 a 1x24, algo que 'podríamos haberlo hecho por partes y de manera escalonada, pero hubiese sido más traumático y desestabilizador', señaló.
Por supuesto que la arrancada fue difícil, sin embargo, los aspectos positivos se evidencian en el crecimiento de las exportaciones de bienes, en comparación al mismo período del año anterior, con la creación de nuevos incentivos como la posibilidad de que las formas de gestión no estatal exporten y otras estatales que no lo hacían y ahora colocan sus productos fuera de frontera y buscan activamente mercados.
Para el también viceprimer viceministro, uno de los principales avances con el ordenamiento es el estímulo al trabajo, acción mediante la cual más de 150 mil personas se han incorporado al empleo en medio de las restricciones económicas y de la pandemia de la Covid-19, aun cuando hay muchas actividades paralizadas.
A su juicio, ahora también es mucho más efectivo el proceso de medición de los precios, los costos y la rentabilidad, porque antes de la implementación del ordenamiento esos indicadores económicos no reflejaban la realidad.
Tanto es así, que al cierre del primer trimestre hay unas 500 empresas con pérdidas, mientras otras mil 300 presentan utilidades por un monto de 41 mil millones de pesos (poco más de mil 700 millones de dólares al cambio actual).
'Anteriormente eran menos las empresas con este indicador desfavorable, pero ¿cuántas generaban pérdidas al Estado y parecía que no?', reflexionó Gil.
Para resolver esa situación en esas entidades, el titular de Economía llamó a disminuir la cantidad de trabajadores indirectos y a aumentar la eficiencia productiva y los rendimientos, porque en su opinión el ordenamiento ha traído muchos aspectos positivos y por lo tanto ratifica que era imprescindible.
Como otro aspecto que sustenta la importancia de esta medida, Gil valoró de conveniente la ampliación del trabajo por cuenta propia (privado) como una necesidad para eliminar la dualidad monetaria y así igualar el entorno monetario en el cual se desempeñaban todos los actores económicos.
Más allá de su complejidad, reconoció en el ordenamiento monetario problemas en su diseño, y destacó que escuchar las opiniones y criterios de la población y los productores permitió rectificar todo lo posible con una voluntad expresa del gobierno.
Es así que como en todo proceso dinámico y cambiante, el tiempo permitirá visibilizar los aspectos positivos de 'una tarea de gran envergadura desarrollada en un complejo contexto económico'.
Por eso, 'postergarlo era peor, no es un fracaso, no es extemporáneo, no había que esperar a ningún mejor momento y habría que preguntarse cómo estaríamos si no hubiéramos emprendido estas transformaciones económicas', consideró el viceprimer ministro.
En apenas cinco meses, con dificultades, errores y obstáculos el ordenamiento monetario no deja de ser el proceso más determinante para avanzar en la actualización del modelo económico cubano, por el impacto que tiene en todas las esferas del quehacer económico y social de la nación.
Sin resolver la dualidad monetaria y cambiaria, sin eficiencia, productividad, impulso a las exportaciones y la sustitución de importaciones, y sin la participación de todos los actores económicos era difícil avanzar correctamente.