La decisión de que las empresas estatales puedan diseñar escalas salariales propias, acordes con sus características y necesidades, sin la obligación de ceñirse a esquemas establecidos, ha generado expectativas en ese sector de la economía.
Ahora existe la oportunidad de pagar más y reconocer el aporte individual. En tiempos de crisis, generar y repartir más riqueza es un desafío, pero no imposible. Preguntemos a BioCubaFarma.
Desde octubre último, las entidades del Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica están facultadas para aplicar el Decreto 53 sobre la nueva organización salarial, por cumplir los requisitos establecidos: no disminuir las utilidades ni deteriorar el aporte por el rendimiento de la inversión estatal del año anterior. ¿Cuáles son las claves para este resultado?
Según datos oficiales, en 2021 hubo mensualmente más de 500 empresas en pérdidas en el país.
Ninguna es de BioCubaFarma, “a pesar de las tensiones financieras a que se encuentran sometidas”, como el resto de los actores económicos cubanos, señala su director de Capital Humano, Rodolfo Antonio Parra Rojas.
“Las dificultades que enfrentamos diariamente son muy grandes. Existen problemas objetivos que afectan el desempeño de nuestras empresas”, siendo el bloqueo de EE.UU. el principal obstáculo para que estas se desarrollen, comentó recientemente a Cubadebate Eduardo Martínez Díaz, presidente de BioCubaFarma.
Martínez Díaz dio algunos tips para superar los desafíos: “Ser capaces de modificar esas realidades con inteligencia, mucha dedicación, innovando cada día y buscando soluciones junto a los trabajadores”.
Ante el déficit de materias primas –explica Parra Rojas–, se han aprovechado las facultades otorgadas en materia de flexibilización del objeto empresarial, “desarrollando líneas de producción secundarias, como mascarillas desechables y soluciones hidroalcohólicas. Estas acciones, junto al riguroso control de los gastos, han permitido sustituir importaciones, dar respuesta a necesidades del sistema nacional de salud y obtener utilidades”.
En el caso de las empresas de servicios, “se ha facilitado su encadenamiento con aquellas de mayor actividad fabril vinculada a la exportación”, obteniendo el beneficio de la tasa de cambio de las divisas respecto al peso cubano. Por cada dólar deben recibirse 24 CUP.
El director de Capital Humano de BioCubaFarma reconoce que los éxitos también son el resultado de las capacidades creadas durante años mediante procesos inversionistas, “que nos permiten contar con infraestructuras y tecnologías, expresión de la prioridad dada por la dirección del Partido y Gobierno al sector”.
A ello se añade el proceso de capacitación continua, “que se renueva sistemáticamente con la incorporación de jóvenes con un elevado potencial, y que no pone en condiciones ventajosas para aprovechar las medidas aprobadas para fortalecer la empresa estatal socialista.
“Estos factores son los que explican cómo, a pesar de las inmensas dificultades que enfrentamos, se haya podido reaccionar con inmediatez ante la pandemia. Primeramente, con la producción de los medicamentos que formaron parte del protocolo de tratamiento, rompiendo récord productivos. Posteriormente, con la incorporación de medicamentos innovadores de origen nacional y luego los cinco candidatos vacunales, de los cuales tres fueron aprobados como vacunas”.
Buscar alternativas o cómo convertir la crisis en oportunidad
En la lista de empresas (38) que agrupa BioCubaFarma están el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC) y el Centro Nacional de Biopreparados (Biocen).
Distinta ha sido en ambos la incidencia de la pandemia y el ordenamiento monetario. Para el primero, precursor de los centros de la biotecnología cubana, 2021 fue un año difícil. En el segundo, la crisis se convirtió en oportunidad. Similar fue en los dos la búsqueda de alternativas, que se refleja en los números positivos de sus resultados.
El CNIC tiene varios productos exportables (el PPG, por ejemplo) que favorecen sus ingresos, sobre todo tras la nueva tasa de cambio, pero el pasado año la COVID-19 fue un obstáculo, pues uno de sus principales socios en China radica en Wuhan (donde se detectaron los primeros casos de la enfermedad) y eso “disminuyó el nivel de exportación”.
Además –apunta Jeffrey López Dueñas, director de Capital Humano–, “muchas de las materias primas que ya habíamos contratado llegaron retrasadas o no llegaron”.
Sin embargo, el CNIC, que opera en un ciclo cerrado (investigación, desarrollo, producción y comercialización, además de innovación) sobrecumplió casi todos los indicadores económicos.
“Si tenemos en cuenta nuestra exportadora, sobrepasamos el plan de producción mercantil en un 104.9%, mientras que el plan de ventas culminó en un 98.9%, que ya era ambicioso en comparación con el año 2020. Se obtuvieron 295 684 000 pesos en ventas netas, incluidos 112 millones de pesos por concepto de exportaciones”.
Talena Ledón Pérez, directora adjunta del CNIC, precisa que no tuvieron un crecimiento en los ingresos asociados a las vacunas, “porque nuestra entidad no es de esa rama, sino que aumentamos paulatinamente la eficiencia a partir de los planes productivos y la calidad de los trabajadores”.
En cambio, a Biocen, una de las primeras empresas de alta tecnología en el sector de la biotecnología, la pandemia le favoreció, porque le mostró potencialidades que pudo aprovechar, incluso con una nueva tasa de 24 CUP = 1 USD que atenta contra sus ganancias.
El centro, radicado en Bejucal (Mayabeque) y que este año cumple 30 años de fundado, depende de la importación, porque “nuestra tecnología de alto nivel no se encuentra en su mayoría en el mercado nacional, aunque en los últimos tiempos nos hemos encadenado para la compra de algunas piezas. Igual sucede con muchos insumos y reactivos. Por eso es un reto mantener crecimientos en indicadores de utilidad e ingresos, en un escenario de ordenamiento monetario”, explica Yusleydis López Martínez, directora económica.
Al igual que las demás empresas cubanas, el Centro Nacional de Biopreparados tuvo que reconvertir su plan en 2021 debido a la Tarea Ordenamiento, que se inició el primero de enero.
En un inicio, planificaron 200 millones de ingresos, pero al mantenerse la pandemia y convertirse en unidad productora de la etapa final para la producción de las vacunas Soberanas (que no se previó en el plan inicial), realizaron otro ajuste en junio e incorporaron productos. Los ingresos aumentaron a 420 millones.
“Terminamos el año sobrecumpliendo los índices de utilidades e ingreso (cerramos con más de 600 millones), porque se incrementaron sustancialmente las producciones de vacunas y de otros medicamentos vinculados con la pandemia, así como por el medio de transporte para virus que creamos en apenas siete días. No se previó que la demanda fuera tan alta, lo cual incrementó los ingresos”, dice López Martínez.
A partir de las nuevas medidas para la empresa estatal socialista, Biocen también se favorece de la exportación de productos fabricados en sus plantas y que provienen de centros como el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), el Centro de Inmunología Molecular (CIM) y el Instituto Finlay de Vacunas (IFV).
“De los ingresos por la exportación, un porcentaje pactado en contrato va para Biocen. Con esto, compensamos un poco la incidencia de la importación, al tener el beneficio de la tasa de cambio”, afirma la directora económica de Biocen.
Escala salarial en BioCubaFarma, un traje a la medida
“La magnitud del salario” en las empresas de BioCubaFarma depende de sus propios indicadores económicos y productivos. La escala es “un traje a la medida”, señala Rodolfo Antonio Parra Rojas. En cada una de ellas los resultados avalaron la aplicación del Decreto 53, de 2021.
Para implementar esta medida –recuerda el director de Capital Humano–, se creó un grupo de trabajo temporal integrado por cuadros y especialistas, tanto de las empresas como de la oficina central, así como representantes del sindicato nacional, que coordinó y lideró el proceso.
“Se elaboraron guías que permitieron recoger las mejores prácticas y experiencias, con énfasis en la capacitación de las personas que iban a conducir el proceso en lo inmediato, y de los trabajadores en general. Fruto de este trabajo colectivo, se socializaron herramientas para el desarrollo de los estudios de organización del trabajo”, explica.
La directora adjunta del CNIC, Talena Ledón Pérez, cuenta que “luego fuimos analizando todas las posibilidades que traía este nuevo cuerpo legal, ya que no solo se trata de salario, y establecimos los procedimientos de trabajo”, porque “para incrementar el salario, hay que realizar mejoras organizacionales que repercutan en el buen desempeño de la empresa. De lo contrario, se estaría pagando más sin mejores resultados”.
Lo primero que se hizo en la empresa –prosigue Ledón Pérez–, fue un estudio de carga y capacidad de reorganización laboral. “Esto nos permitió redefinir la estructura del centro, analizar la plantilla, optimizando los puestos de trabajo”.
En ese proceso, redujeron 141 plazas, la mayoría de ellas vacantes. Además, implementaron una estructura empresarial horizontal, “con un enfoque más en procesos que en funciones. Nosotros ya veníamos trabajando en eso y el Decreto 53 nos permitió dar el salto. A la vez, adecuamos el fondo de salario real, evitando gastos asociados a plazas innecesarias”.
Anteriormente, existían 162 perfiles de cargos, que se adecuaron a 115. Seis de ellos fueron propios (adaptados a las necesidades de la empresa), mientras que 14 estuvieron asociados directamente a la actividad de I+D+I.
“Son atribuciones que el Decreto 53 da a la empresa, que antes debía acomodarse a los perfiles de cargo establecidos, pero la actividad de investigación no es algo tan general”, precisa la directora adjunta del CNIC.
Tanto en Biocen, como en el CNIC, los trabajadores conocieron cada cambio y los porqués, y dieron sus opiniones y criterios, que fueron analizados en el consejo de dirección.
En ambos centros, la nueva organización salarial permitió resolver las incongruencias que generaba la escala anterior. “Cuando se aplicó la reforma salarial, se arreglaron muchas cosas. Sin embargo, seguía habiendo dificultades”, apunta Jeffrey López Dueñas, director de Capital Humano del CNIC..
Por ejemplo, los especialistas principales podían cobrar hasta tres veces el salario de su subordinado, pero “en empresas de nuestro sistema es muy común que los especialistas que tienen investigadores subordinados, quienes perciben un mayor fondo de salario, cobren más que el resto de los especialistas principales, quienes tienen una carga de trabajo similar. Y eso no debe pasar”.
Lo otro que pasaba es que la escala salarial tiene un tope. “A partir del salario del director general, usted debía organizar esa escala descendente. Cuando tienes al director en el grupo XXV, o al subdirector en el XXIV, el especialista principal no puede cobrar igual o más que la persona que tiene subordinada, y si es investigador entonces está limitado”.
El Decreto 53 –destaca López Dueñas–, posibilitó hacer una reestructuración en todos esos casos y diseñar indicadores para marcar las diferencias, como la asistencia y la evaluación del desempeño vinculado a los resultados productivos. Además, “pretendemos retribuir mejor a aquellos trabajadores vinculados con productos exportables”.
Algo similar ocurrió en Biocen. En la nueva escala salarial se incrementaron los montos destinados a los pagos adicionales para estimular y reconocer la maestría y el doctorado.
También se estableció un pago adicional por la responsabilidad administrativa, no solamente de los cuadros, sino de toda persona al frente de un grupo de trabajo, desde un jefe de turno o de línea productiva hasta los especialistas principales de grupos de trabajo más complejos.
El 35% de los trabajadores se benefició al ser personal clave, un indicador creado por la empresa para reconocer la experiencia, responsabilidad y el impacto del desempeño individual en sus resultados.
En Biocen se eliminaron también las “incongruencias” que persistieron tras la reforma salarial entre especialistas y técnicos, categorizados o no.
“Los trabajadores están ahora más satisfechos porque ven que su escala está atemperada con su calificador de cargo, su complejidad y desempeño”, considera su directora económica, Yusleydis López Martínez.
En cualquier caso, el dinero que se crea se distribuye entre las direcciones. En cada una de ellas hay una comisión (integrada por los jefes de planta, los directores y el sindicato) que analiza los resultados. Esto brinda más autonomía a cada dirección.
Luego, esa propuesta es presentada y aprobada en el consejo de dirección, explica Dayrene Cartaya Díaz, directora de Capital Humano del Centro Nacional de Biopreparados .
Aunque no todo es por el Decreto 53, como coinciden los entrevistados, números y hechos ya hablan de lo positivo de la medida.
En el último cuatrimestre del año anterior (momento en que entran en vigor las medidas), en el CNIC las ventas se duplicaron (en comparación con los otros cuatrimestres del año).
- La productividad media por trabajador se incrementó 1.2 veces.
- Las utilidades fueron 55% mayores. En eso también influyó la llegada de materias primas atrasadas, señalan los directivos.
- La fluctuación laboral disminuyó de 1.34 a 0.9 y el ausentismo de 2.73 a 1.3, lo que implica una mayor productividad. Se redujeron los certificados médicos y licencias no retribuidas.
- El salario promedio cerró en 6 524 pesos por trabajador. Esta cifra recoge dos momentos: la subida producida por la Tarea Ordenamiento, y luego la aplicación del Decreto 53. Hasta septiembre de 2021, el salario promedio era de unos 3 400 pesos mensuales.
- Subió el fondo de salario de la actividad productiva.
- Se promueve una mayor productividad.
- Hay mayor competencia.
- Al elevar los salarios, la empresa se vuelve más atractiva y se completan plazas que no estaban cubiertas.
Al cierre de 2021, en Biocen los ingresos personales (salario más las utilidades) se incrementaron en 5.4 veces con respecto al año precedente, y el salario medio se incrementó en 1.92 veces.
“Todas estas medidas que le han dado autonomía a las empresas han sido un alivio para los trabajadores. Si comparamos los salarios de ahora con los de hace 10 años, el cambio es sustancial. Fueron años difíciles (2016, 2017...). en los que no pudimos ni siquiera cobrar el estímulo en CUC, porque la empresa atravesó periodos muy malos para cumplir los planes productivos”, dice Arianna Maluf Blanco, quien le ha dedicado una década de su vida a Biocen.
“Cuando tú percibes un salario que te permite manejar las finanzas en tu casa de manera más holgada, llevar a cabo proyectos familiares que antes no podías, evidentemente vienes a trabajar con mayor motivación”, agrega.
Se trata, resume el director de Capital Humano de BioCubaFarma, de medidas que “percibimos justas, en la dirección adecuada, y, por tanto, debemos cuidarlas con un actuar responsable y el sentido común”.
2022 y el reto de crecer
Para este año, el plan del CNIC prevé crecimientos en las ventas, exportaciones, en la productividad y el aporte por el rendimiento, objetivos que –a juicio de su director de Capital Humano– también son estimulados por la aplicación del Decreto 53.
Igual sucede en Biocen. Se plantean sobrecumplir los resultados del 2021 (cerraron con más de 600 millones) y obtener ingresos de 720 millones. “En febrero ya estamos alrededor de un 30% por encima de lo planificado”, informa la directora económica, Yusleydis López Martínez.
Añade que “cuando hicimos el plan para 2022, en el mes de junio, nos enfocamos en los productos y servicios propios y los que brindamos a los clientes. Pero hoy estamos en la búsqueda de otras alternativas, porque, para bien del país, ha disminuido la incidencia de la covid y es menor la demanda de vacunas, de medios de transporte para virus.
“Estamos buscando mercados donde podamos introducir nuevos productos y servicios, en alianzas con sectores fuera de la industria biotecnológica, como mipymes, la industria alimenticia, Azcuba y el Inder, en este caso para desarrollar suplementos nutricionales”.
En diciembre, Biocen presentó el expediente al Mincex y obtuvo la condición de centro importador-exportador. “Ahora estamos entrenando el personal y asumiremos un plan mínimo de todas nuestras necesidades para ir aprendiendo a dar los primeros pasos”, dice López Martínez.
Igualmente, planean aumentar las exportaciones, “pero depende de requisitos regulatorios y registros en los cuales estamos trabajando. Hasta ahora hemos hecho exportaciones discretas, fundamentalmente de Trofín y los servicios de ensayo de control de la calidad, específicamente con una empresa de Nicaragua”.
Son propósitos que apuntan a obtener más ganancias, con el incentivo de que, por ser empresa de alta tecnología, el porcentaje de las utilidades retenidas es mayor. Y no solo para distribuir entre los trabajadores, también para desarrollar la empresa y realizar inversiones.
Muy cerca de Biocen hay una comunidad científica que se desarrolla como parte del Proyecto de Vida que desde 2021 es impulsado como prioridad. Una de las tareas es la construcción de viviendas para los trabajadores. Este año se deben entregar ocho apartamentos y hay en construcción tres edificios más.
Cada medida que rompe barreras, en beneficio de la empresa estatal, sigue la ruta de convertirla en el actor principal de la economía. Oportunidades que no deben desaprovechar sus trabajadores y directivos, aunque ya sabemos que ni las ventajas ni los tropiezos son los mismos en todos los lugares.
Sin embargo, como afirmó el presidente de BioCubaFarma, hay una diferencia entre el ganador y el perdedor. El perdedor dice “lo intenté, pero era muy difícil”; el ganador dice, “fue difícil, pero lo logré”.
Prioridades de BioCubaFarma para el 2022
- Contribución al control de la pandemia en Cuba, manteniendo el nivel de inmunidad de nuestra población contra la covid-19.
- Estabilización de la producción de medicamentos y otros productos para el sistema nacional de salud.
- Contribución a la soberanía alimentaria, introduciendo tecnologías de punta.
- Cumplimiento del plan de exportaciones e ingresos y desarrollo de nuevos negocios, la inversión extranjera y nuevas fuentes de financiamiento.
- Ejecución de los planes de investigación, especialmente los hitos planificados de los 14 proyectos priorizados de la organización, que, dada sus potencialidades, son promisorios para enfrentar diversas patologías. En algunos casos, únicos en su clase.
- Cumplimiento de tres programas de alto impacto: El programa inversionista, que abarca 176 objetos de inversión; el programa de formación y desarrollo del potencial científico, con énfasis en la formación doctoral y de máster en Ciencias, y el programa de innovación organizacional, que permitirá contar con nuevas modalidades de gestión.
- Enfrentamiento a la subversión política e ideológica, “basada en la convicción de los trabajadores de BioCubaFarma de que nuestro sistema empresarial y el proyecto de vida que soporta solo son posibles con la Revolución cubana. Sin ella, todos estos logros se perderían irremediablemente”.