El autismo, un mundo entre luces y sombras

Con una infancia marcada por no ofrecer una sonrisa o responder a la voz de su madre, el norteamericano Donald Grey Triplett fue visto como un “niño raro” o “extraño” en la primera mitad del siglo XX. Hijo de un abogado y una maestra de Forsest, Mississippi, Triplett no mostraba interés por el juego, utilizaba el lenguaje de una manera peculiar y permanecía ajeno a las miradas o el contacto humano.

Con una infancia marcada por no ofrecer una sonrisa o responder a la voz de su madre, el norteamericano Donald Grey Triplett fue visto como un “niño raro” o “extraño” en la primera mitad del siglo XX. Hijo de un abogado y una maestra de Forsest, Mississippi, Triplett no mostraba interés por el juego, utilizaba el lenguaje de una manera peculiar y permanecía ajeno a las miradas o el contacto humano.

Ingresado durante un año en una institución estatal de salud mental de la época, Triplett no mostró cambios ante los tratamientos. En 1938, sus padres acudirían al Hospital Johns Hopkins de Baltimore, Maryland. Allí, el comportamiento indiferente del niño llamaría rápidamente la atención del psiquiatra austríaco de origen judío Leo Kanner.

Con síntomas muy similares a la esquizofrenia, la conducta de Donald Grey Triplett era difícil de clasificar por el doctor Kanner, ya que el niño mostraba a su vez capacidades como una buena memoria secuencial, así como la habilidad de cantar villancicos que solo había escuchado una vez.

Un tiempo más tarde, en 1943, Kanner parecía haber encontrado una denominación científica. En una investigación titulada “Trastornos autistas del contacto afectivo”, el psiquiatra describía la conducta de Triplett y la de otros niños.

Conocido como el primer caso diagnosticado con el Trastorno del Espectro Autista (TEA) en el mundo, Donald Grey Triplett, hoy, un anciano de 86 años logró con el tiempo superar algunas de las limitaciones del autismo. En 1958 obtuvo un título en Filología Francesa en el Millsaps College de Jackson, Mississippi.

El autismo, un mundo entre luces y sombras

Cuando en la primera mitad del siglo XX la conducta de Donald Grey era una rareza, hoy miles de niños en el mundo reciben el diagnóstico de un trastorno del cual con frecuencia se desconocen sus causas. De ahí que cada 2 de abril se celebra el Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo.

En Cuba existen varias instituciones educativas para atender a niños y niñas que padecen el mismo trastorno del norteamericano Donald Grey Triplett. Ubicada en el municipio habanero de Guanabacoa, la Escuela Especial Enrique Galarraga Rodríguez cuenta con maestros y especialistas enfocados en una sola misión: conectar a cada a uno de los alumnos con la sociedad.

El autismo, un mundo entre luces y sombras

Compuesto por seis aulas, un gabinete de logopedia y otro de psicoterapia, el centro educativo intenta dotar a cada uno de los niños y niñas autistas de herramientas para poder expresar deseos y sensaciones en cualquier situación de la vida cotidiana.

El autismo, un mundo entre luces y sombras

Con la particularidad de ser un centro escolar de tránsito, la Escuela Especial Enrique Galarraga Rodríguez atiende a niños autistas de 7 a 18 años de edad, los cuales proceden de siete municipios de La Habana.

Con una matrícula de 25 alumnos, la institución escolar utiliza el método de aprendizaje TEACH (Tratamiento y Educación de Niños con Autismo y Problemas Asociados de Comunicación) como centro del proceso educativo.

El autismo, un mundo entre luces y sombras

El autismo, un mundo entre luces y sombras

Con un espejo en cada una de sus aulas para ayudar al acto de autoreconocimiento en cada uno de los alumnos, la Escuela Especial Enrique Galarraga Rodríguez atiende el Trastorno del Espectro Autista asociado a una discapacidad.

El autismo, un mundo entre luces y sombras

La dificultad o la ausencia de lenguaje verbal, la indiferencia al contacto visual, el deambular sin rumbo, la sordera aparente, el caminar en putilla de pie, la ecolalia o repetición de palabras, la incapacidad de identificar sentimientos ajenos y la molestia ante el más ligero cambio a su alrededor, constituyen algunos de los síntomas presentes en los niños autistas del centro educativo cubano.

Entendido como un trastorno neurobiológico del desarrollo, el autismo aparece en los primeros años de vida. Su diagnóstico ocasiona sufrimiento en la familia de los niños. De ahí que los especialistas de la escuela cubana ofrecen consejos y charlas a los padres de los alumnos para que puedan entender el comportamiento de sus hijos.

Cuando la sombra del autismo acompaña durante toda la vida a aquellos que lo padecen, los maestros y especialistas de la Escuela Especial Enrique Galarraga Rodríguez laboran cada día para dar luz al mundo hermético de los niños y niñas autistas.

Escuche más detalles en el siguiente reporte, que puede descargar AQUÍ: