En los brazos tiernos, las pañoletas aguardan

La mañana despertó distinta, más agitada, con sonrisas multiplicadas en los hogares y los niños, que cursan el primer grado de la enseñanza primaria, más desesperados que el resto de los días.

Y es que la escuela se convertiría en suceso.

Desde lo alto, el cielo, con un azul limpio y fresco, bajó hasta el firmamento y en forma de pañoleta se anudó en los cuellos de las camisas y blusas de más de 4000 pequeñines espirituanos que hoy se iniciaron como pioneros Moncadistas.

Floresa Martí y otros héroes, cantos, danzas, el Che Guevara vivo, palpitante, presente.

Los besos y los abrazos entre padres, abuelos y niños. Y después el aula, ahora distinta, multiplicada en colores, con ese azul al cuello, en lo adelante, un inseparable compañero.

Hoy, como cada 8 de octubre, el día nace y se hace diferente.

Por las plazas de las escuelas, este desfile, entre el rojo, blanco y el azul que ahora es fiel compañía en los uniformes. Foto: Oscar Alfonso Sosa.

Niños y niñas, flores en mano, a la espera de anudarse la pañoleta.

Entre cantos y danzas, el Ché presente.

Y llegó la hora de anudar al cuello las pañoletas.

En la familia, alegría multiplicada.

Una foto, más allá de un recuerdo.

Hoy ellos ya son pioneros Moncadistas.

En la jornada no faltaron las flores a los Héroes.

Manos tiernas, con pañoleta nueva, regalan flores a Martí.

Ahora el aula de primer grado multiplica los colores.