Han transcurrido más de seis décadas y el panorama del campo cubano es bien distinto al que heredó del capitalismo en 1959, cuando 200 mil familias campesinas no tenían una vara de tierra donde sembrar, y la mitad de las mejores tierras estaban en manos de empresas extranjeras, en tanto cerca de 300 mil caballerías permanecían sin cultivar.
El presente también es complejo y retador, pues Cuba ha tenido que enfrentar un permanente bloqueo estadounidense, con tensiones y limitaciones a su agricultura y no pocas deficiencias subjetivas. La carencia de alimentos sigue siendo una asignatura pendiente, en la cual la dirección del país ha centrado sus mayores esfuerzos y continúa buscando caminos.
En medio del combate a la COVID-19, del impacto de la crisis económica mundial y de mayores entuertos de la criminal política norteamericana, el 13 de abril de 2021 el gobierno anunció 63 medidas para dinamizar la agricultura y que darían respuesta a problemas estructurales, organizativos y productivos, del uso y tenencia de la tierra, así como de carácter financiero.
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Ellas son resultado de un análisis a partir de criterios e inquietudes de expertos, científicos, productores y directivos agropecuarios, porque el papel de las universidades, de las ciencias y la sapiencia de quienes extraen del suelo sus frutos resulta vital.
A un año de su implementación Ydael Jesús Pérez Brito, ministro de la Agricultura explicó en el programa televisivo Mesa Redonda que existen 370 mil tenentes naturales de tierras, cuatro mil cooperativas y 300 empresas. Sin embargo, aún quedan parcelas ociosas o deficientemente explotadas, un problema por solucionar.
Pero en opinión de muchos productores a partir de los múltiples beneficios percibidos en altos ingresos monetarios, en autorizos para sacrificar y comercializar ganado mayor, en trabas eliminadas y en otros incentivos, un buen estado de ánimo va predominando en la campiña cubana, como consecuencia de la decisión del Partido, el Gobierno y el Ministerio de la Agricultura (Minag) de escuchar a los campesinos y demás trabajadores del campo.
Una oportuna Ley de Soberanía Alimentaria
En otro hito sin precedentes, el 14 de mayo último la Asamblea Nacional del Poder Popular aprobó la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, muy oportuna en momentos que a nivel internacional crece el precio de los alimentos y de los insumos, a consecuencia de la pandemia y también, en el caso de Cuba, del intensificado cerco norteamericano.
Unidos a esos factores subyacen fenómenos como la emigración del campo a la ciudad, el envejecimiento poblacional y el cambio climático.
Aspectos novedosos de la nueva legislación son su carácter intersectorial, interdisciplinario y multidisciplinario, lo cual coadyuva a organizar a los actores productivos.
En opinión de Mayra Cruz Legón, directora jurídica del Ministerio de la Agricultura, resolver los temas relativos a la seguridad y soberanía alimentaria requiere medidas económicas, sociales y también legislativas.
Aunque esta Ley por sí sola no dará alimentos, sí garantiza el derecho de los cubanos a obtener productos inocuos, con calidad, nutritivos, equilibrados y culturalmente aceptados.
¿Qué más hacer para satisfacer las necesidades de la población?
En recorridos y encuentros con campesinos y cooperativistas de varias provincias del país Miguel Díaz-Canel, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, se ha interesado en conocer en qué los ha favorecido el proceso de transformaciones de la agricultura, qué se puede mejorar, qué propuestas tienen sobre los temas agrarios y pecuarios, y sobre todo su disposición para seguir mejorando la producción de alimentos y satisfacer las necesidades de la población.
“ Es verdad que el bloqueo nos afecta mucho, sobre todo en un sector como este, pero va a seguir y la cuestión está entonces en cómo con bloqueo somos capaces de producir, de irnos por encima de la criminal política y demostrar que podemos desarrollar una agricultura sostenible, eficiente; que podemos producir una parte importante de los alimentos que demanda la población, y que eso se convierta también en un mejor nivel de vida de los agropecuarios a partir de los ingresos que logren por lo que producen.
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"Lo que les pedimos una vez más —ha manifestado a los productores- es que en medio de la situación tan compleja que tenemos, donde una parte de la población tiene determinada vulnerabilidad, sobre todo los pensionados y los jubilados, que en la medida en que puedan propiciar precios que estén más asequibles a la población, sin que ustedes se afecten en sus ingresos, lo hagan".
En aras de enriquecer y actualizar las 63 medidas en la agricultura , el presidente cubano, en reciente plenaria nacional de representantes de cooperativas y productores de avanzada de los polos de cultivos varios de la nación, orientó varias direcciones de trabajo que contribuirán a consolidar el trabajo agrícola y pecuario en el país.
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