Con la pérdida de la biodiversidad identificada como un problema ambiental, que demanda de una plataforma estratégica de seguimiento y control, Cuba participa en la 15 Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica (COP 15) y otras reuniones asociadas, en Canadá, con un marco legislativo reforzado y enfocado en revertir los daños.
La diversidad biológica es un concepto complejo, con múltiples actores y responsabilidades estatales y civiles: es la variedad de plantas, animales y microorganismos existentes, incluye los ecosistemas y paisajes con los que interactúan y establecen ciclos de nutrientes, así como las diferencias a nivel genético de las especies.
Ante ello, en Cuba se cuenta con la voluntad expresa del Gobierno de enfrentar este problema ambiental y asumir los compromisos contraídos en el marco de acuerdos y otros procesos internacionales.
Los principales soportes institucionales, legislativos y programáticos, van desde la Constitución de la República de Cuba, la Ley del Sistema de los Recursos Naturales y el Medio Ambiente; la Estrategia Ambiental Nacional en su ciclo 2021-2025; el Plan Gubernamental para la Prevención y Enfrentamiento a los delitos e ilegalidades que afectan a los recursos forestales, la flora y fauna silvestre y otros recursos naturales.
Para afrontar específicamente la pérdida de la diversidad biológica existe un documento estratégico: el Programa Nacional sobre la Diversidad Biológica, que define metas y acciones a implementar en un determinado período de tiempo.
Este programa se encuentra en proceso de adecuación para un nuevo ciclo estratégico, que deberá responder a las prioridades nacionales y constituir el compromiso nacional para el cumplimiento de las metas globales que se adopten bajo el Marco Estratégico y en la Agenda 2030 con sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Las prioridades se centran en abordar las causas indirectas de la pérdida de la diversidad biológica (incrementar la sensibilización de la sociedad; acciones de educación, comunicación, divulgación y capacitación en relación con estos temas; integrar los valores de la biodiversidad en los planes, programas de desarrollo, el ordenamiento del territorio; el desarrollo de instrumentos económicos para promover la conservación y uso sostenible de la biodiversidad) y elevar la conciencia sobre la significación, aportes e interrelación de la diversidad biológica con las diferentes esferas del desarrollo y el bienestar humano.
Otra de las líneas prioritarias es controlar las amenazas principales a la diversidad biológica y promover la utilización sostenible (con acciones enfocadas a reducción de los impactos de las especies exóticas invasoras; gestión sostenible de los ecosistemas y el uso eficiente de los recursos naturales; reducción de la contaminación; reducción de las vulnerabilidades ante el cambio climático; otras presiones vinculadas a comercio ilícito, entre otras), y eficacia en la prevención y control de los incendios forestales.
Igualmente, el país se enfoca en la promoción de la conservación de los valores más representativos de la biodiversidad, mediante el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, más enfocado en estos momentos a la sostenibilidad del sistema y el incremento de la efectividad de su manejo; así como de otras medidas de conservación basada en áreas; la recuperación de especies amenazadas de la flora y la fauna silvestre; y salvaguardar la diversidad genética de las especies autóctonas y las de valor socioeconómico.
Otra proyección de prioridad es la disminución de la degradación de hábitats, ecosistemas y paisajes, mediante la restauración/rehabilitación de ecosistemas, la reducción de la fragmentación, el incremento de la resiliencia, el mejoramiento de la provisión de bienes y servicios ecosistémicos y la adaptación al cambio climático.
Con esas fortalezas y retos, Cuba asiste a la COP 15 con una delegación integrada por representantes del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), el Centro Nacional de Áreas Protegidas, de la Agencia de Medio Ambiente y de la Embajada de Cuba en Canadá.
La delegación de Cuba acreditada ante la Secretaría del Convenio de Diversidad Biológica está integrada por Adianez Taboada Zamora, viceministra del Citma; Héctor Igarza Cabrera, Embajador de Cuba en Canadá; Odalys Goicochea Cardoso, directora General de Medio Ambiente, Citma; Ulises Fernández Gómez, Director de Relaciones Internacionales, Citma; Omar Cantillo Ferreiro, director del Centro Nacional de Áreas Protegidas, Agencia de Medio Ambiente (AMA).
Conforman también la comitiva Jesús Guerra Bell, especialista en Políticas, Dirección de Relaciones Internacionales, Citma; Lourdes Coya de la Fuente, especialista experta en Políticas Ambientales, Dirección de Recursos Naturales, Ecosistemas Priorizados y Cambio Climático, Dirección General de Medio Ambiente, Citma; Teresa Dolores Cruz Sardiñas, especialista experta en Políticas Ambientales, Dirección General de Medio Ambiente, Citma; Susana Malmierca Benítez, Cónsul General de Cuba en Montreal, e Isaylin Cabañas Vera, Consejera Económico-Comercial, ambas de la Embajada de Cuba en Canadá.
COP 15 en contexto
La 15 Conferencia de las Partes (COP 15) del CDB fue programada para celebrarse en Kunming, China, del 15 al 28 de octubre de 2020. Sin embargo, debido a la situación de la pandemia de COVID-19, estas reuniones se aplazaron en dos oportunidades.
En el segundo semestre del 2021, a propuesta de la Presidencia china de la COP, se celebró de manera online, entre el 11 y el 15 de octubre de 2021, la primera parte de la 15 Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica, la 10 Reunión de las Partes del Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad y la 4ta. Reunión de las Partes del Protocolo de Nagoya sobre Acceso a los Recursos Genéticos y Distribución de los Beneficios.
En esa primera parte, la presidencia de la COP, China, organizó de forma virtual un Segmento de Alto Nivel los días 12 y 13 de octubre, con el fin de aprovechar el momento político existente con las negociaciones del Marco Estratégico. Tuvo como título Hacia una civilización ecológica: construir un futuro compartido para toda la vida en la Tierra, y concluyó con la adopción de una Declaración Final con un título similar.
La segunda parte de la COP-15 debía celebrarse en el segundo semestre del 2022 en Kumming, China, de manera presencial. En junio de 2022, China anunció que, debido a las persistentes preocupaciones relacionadas con la pandemia mundial en curso, se había decidido trasladar la segunda parte de la reunión de la Conferencia de las Partes a Montreal, Canadá, del 7 al 19 de diciembre.
Esta se realiza de manera concurrente la segunda parte de la 15 Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica, la 10 Reunión de las Partes del Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad y la 4ta. Reunión de las Partes del Protocolo de Nagoya sobre Acceso a los Recursos Genéticos y Distribución de los Beneficios.
El principal objetivo de la COP 15 es la adopción del Marco Estratégico Mundial de la Diversidad Biológica posterior al 2020, que sustituirá al Plan Estratégico sobre la Diversidad Biológica 2011–2020, con sus Metas de Aichi.
El propósito de este nuevo Marco es fijar nuevas metas mundiales para detener el ritmo de pérdida de la biodiversidad y encauzar su recuperación. El Marco tendrá tanta importancia para la biodiversidad como lo tiene el Acuerdo de París para el cambio climático.
Trayectoria cubana
En marzo de 1994, Cuba ratificó el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), asumiendo como país Parte, una serie de compromisos. Estos compromisos bien se expresan a través del texto de la Convención, como a través de las decisiones que se adoptan cada dos años por la Conferencia de las Partes (COP) del Convenio.
El Convenio sobre la Diversidad Biológica cuenta con tres objetivos: la conservación de la diversidad biológica, su uso sostenible y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos. Es un Convenio marco con tres protocolos a lo interno: Protocolo de Nagoya (atiende las cuestiones relacionadas con el acceso a recursos genéticos y la participación justa y equitativa de los beneficios que se derivan de su utilización); Protocolo de Cartagena de Seguridad de la Biotecnología y Protocolo Nagoya – Kuala (suplementario del Protocolo de Cartagena).