El perfeccionamiento de la red mareográfica nacional (RMN), con 22 estaciones distribuidas entre los litorales norte y sur, posibilita una mayor inserción de Cuba en investigaciones científicas y la prestación de servicios vinculados a los programas regionales de alerta temprana y monitoreo del nivel del mar.
De acuerdo con la información del proyecto internacional Resiliencia Costera, la modernización de la RMN responde a exigencias del actual escenario, en el cual tienen un significativo impacto el aumento del riesgo por amenazas del cambio climático y los eventos hidrometeorológicos extremos.
Las mejoras en esa infraestructura tecnológica, contempladas entre las misiones del Estado cubano, están dirigidas de manera fundamental a la digitalización de los mareógrafos, con la finalidad de disminuir el periodo de recepción y aumentar la calidad de los datos, además de reducir los costos de estas actividades.
Como parte de la modernización se incorporan sensores de radar o presión de fondo en las localidades de mayor impacto de eventos meteorológicos, herramientas que facilitan la transmisión de las informaciones registradas en tiempo real.
La Unidad de Manejo Nacional de Resiliencia Costera destacó el fortalecimiento de la RMN como uno de los principales resultados de esa iniciativa global, sustentados en la renovación de las estaciones mareográficas de Isabela de Sagua, Punta Prácticos y Gibara, en las provincias de Villa Clara, Camagüey y Holguín, respectivamente.
Asimismo, ubicaron dos nuevos centros de medición y transferencia automática de datos en Playa Vitoria y Cayo Coco, pertenecientes los territorios de Sancti Spíritus y Ciego de Ávila.
María del Carmen Olivera Isern, coordinadora de Resiliencia Costera en la provincia avileña, destacó que ese dispositivo posibilita el cálculo permanente del ascenso del nivel del mar, con transmisión en tiempo real y ampliación de la cobertura informativa para caracterizar y pronosticar eventos y procesos de diversos orígenes (fenómenos meteorológicos extremos, oscilaciones de la marea astronómica y ocurrencia de tsunamis).
El nivel del mar —detalló— es un parámetro que se aplica en el control de los procesos dinámicos costeros, de cambio climático, la navegación marítima, obras portuarias, aplicaciones geodésicas y medioambientales, el control de tsunamis y la actividad volcánica.
Agregó que la estación mareográfica de Cayo Coco proporcionará reportes de interés a los centros de gestión para la reducción de riesgos de desastres, de manera fundamental al ubicado en el municipio de Chambas, constituido por Resiliencia Costera y primero del país con visión integrada de esa actividad a la adaptación al cambio climático.
En este contexto se reconoce el fortalecimiento del sistema de Defensa Civil y se facilita la toma de decisiones en función de proteger vidas humanas y recursos económicos, además de considerarse los registros de los movimientos verticales del mar durante la planificación del desarrollo local.
Alain Leyva Montejo, jefe del Taller de Ayuda a la Navegación en la Agencia Geocuba de Ciego de Ávila, subrayó que se suplen necesidades existentes en un tramo del centro–norte del país, donde carecían de esa tecnología, por tanto, el territorio avileño dependía de las mediciones efectuadas en Isabela de Sagua y Punta Prácticos, distantes a 100 y 89 millas náuticas, respectivamente.
En esas condiciones —explicó— al tomar las lecturas para los trabajos en la costa y cayería norte de la provincia se producía un retardo de marea y era preciso rectificar los registros.
En la actualidad se obtiene la información en tiempo real, lo que proporciona seguridad para la navegación en el área, de manera particular para las operaciones de los buques en el puerto de Casasa, situado en Cayo Coco, destacó.
Un radar y sensor de presión, incorporados al dispositivo, posibilitan obtener datos puntuales sobre la marea astronómica, que son transmitidos mediante una antena de Sistema de Posicionamiento Global (GPS) hacia las estaciones de monitoreo de la red mareográfica nacional, ubicadas en la Empresa Geocuba–Geodesia y la Oficina Nacional de Geografía y Geodesia.