Dentro de algunos meses esta maravilla paisajística cumplirá 35 años de fundada. Fue el 26 de octubre de 1989 cuando el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, inauguró el Jardín Japonés, único de su tipo en Cuba. Entonces, dijo: “Este jardín será cada vez más bello, este Botánico será también cada vez más hermoso”. Y lo es. Sus cinco hectáreas son una obra de arte, fruto del esfuerzo y la inventiva de quienes diseñaron, ejecutaron y preservan tamaña obra.
En 1987, el embajador de Japón en Cuba propuso la construcción de un jardín japonés.
Los estanques, arroyos y cascadas son comunes en los jardines japoneses, representan la vida y la purificación.
La cultura japonesa considera al nenúfar como un símbolo de pureza, gracia e iluminación.
Para la construcción de este emblemático sitio participaron arquitectos japoneses y cubanos.
Se realizaron más de 45 000 m³ de excavaciones para la construcción de esta belleza de la arquitectura botánica.
El lago, junto a la exuberante vegetación, conforman un hermoso paisaje.
La Asociación Conmemorativa de la Exposición Mundial de Japón aprobó un presupuesto de 20 millones de yens para el proyecto, a finales de la década de los 80's.
El Jardín cuenta con cinco hectáreas de extensión.
Un total de 1620 piedras de gran porte, con un peso total de 846 toneladas, fueron transportadas desde diferentes regiones del país, hasta el Jardín Botánico Nacional.
El Jardín expone plantas de la región asiática y otras que, por su forma, se ajustan al diseño concebido.
El Jardín Japonés es único de su tipo en Cuba.