Inundaciones vinculadas a las lluvias

Aunque en muchos otros países del mundo ocurren inundaciones vinculadas a las lluvias, con independencia de su nivel de desarrollo, constatarlo no resuelve nuestros problemas. Tampoco se trata de un problema estrictamente económico, pues después de invertir cientos de millones de dólares en obras de prevención en Nueva Orleans, un evento ulterior sobrepasó los extremos esperados y fallaron las obras de contención. Por eso, la esencia de la prevención está en un buen conocimiento del escenario natural, de los peligros, de las vulnerabilidades, de un diseño adecuado de escenarios futuros y una planificación y supervisión estricta de las obras en el marco de una «cultura del detalle».

No es posible en tan breve espacio llegar al fondo del problema, pero hay copiosa información disponible (Camacho Sanabria y Chávez Alvarado 2022; Cuevas Ojeda et al. 2017; Iturralde-Vinent 2018a, b, c, d, 2020; Iturralde-Vinent, Saker Labrada y Millan 2015) e informes de Peligros, Vulnerabilidades y Riesgos en los gobiernos provinciales y la Defensa Civil. 

Analizar las causas y efectos de los desastres es una de las maneras de aprender a controlarlos, o al menos entender qué medidas tomar a fin de minimizar sus consecuencias negativas. Sin embargo, este análisis debe basarse tanto en datos históricos y los recogidos durante cada evento, como en los derivados de las investigaciones. 

En este artículo se presentan una serie de criterios inspirados por las inundaciones ocurridas este mes de junio, con la esperanza de contribuir a la reducción de este riesgo en el futuro.

Al respecto es importante recomendar que sean estudiados los informes que existen sobre este tema, pues la vida nos demuestra que, al no tomarlos en cuenta, estamos creando las bases para futuros desastres.

Las condicionales para que ocurran inundaciones son los factores climáticos y paisajísticos, que en general no se pueden controlar; así como los factores que se vinculan a la infraestructura construida y su mantenimiento; aspectos sobre las cuales se debe prestar la mayor atención.

Factores climáticos y paisajísticos

Una causa probable de las inundaciones está determinada por “…factores hidrometeorológicos, eventos perturbadores que ocurren por la frecuencia e intensidad de lluvias extre­mas asociadas a la acción e interacción de fenómenos climáticos como per­turbaciones tropicales, depresiones tropicales, tormentas tropicales, huracanes, ondas tropicales, sistemas de baja presión o zonas de inestabilidad, vaguadas prefrontales, y frentes fríos o nortes” (Camacho Sanabria y Chávez Alvarado, 2022). 

Cuando los acumulados de lluvia alcanzan los 50 mm en dos o tres horas, o cuando han ocurrido precipitaciones intensas anteriormente y los acumulados diarios han superado los 100 milímetros, la posibilidad de inundaciones es la máxima. 

Otra causa está relacionada a las características del relieve (llano, ondulado), los tipos de substratos (impermeables o muy permeables como las arenas y las calizas karstificadas), y la presencia de cañadas, corrientes fluviales, lagunas y costas.

Factores vinculados a la infraestructura

La incidencia de los factores constructivos en las inundaciones por lo general está determinada por los diseños incorrectos de los repartos, donde se debe evitar que las edificaciones interrumpan el drenaje natural por el relieve. El sistema de drenaje superficial y soterrado debe ser capaz de evacuar los gastos máximos históricos de la escorrentía. Los viales tienen que construirse con sistemas de drenaje bien ubicados de acuerdo al relieve y con la capacidad de dejar pasar los gastos máximos de escorrentía superficial.

Sin embargo, el crecimiento informal de los barrios en áreas no aptas para el desarrollo urbano tienen consecuencias (Camacho Sanabria y  Chávez Alvarado, 2022).  Veamos unos ejemplos:

1- El pasado año 2018 hubo fuertes inundaciones en la llanura meridional al norte de la Ciénaga, debido al relieve bajo, las intensas precipitaciones y a que la autopista funcionó como una represa. Pude hacer observaciones y determinar que en ese tramo los drenajes en la autopista estaban muy alejados uno de otro, de tal forma que no podían acomodar los gastos y las aguas corrían sobre la autopista en algunos lugares. Esta situación trajo otra consecuencia, y es que en ese año las inundaciones en las poblaciones de la Ciénaga se prolongaron por más tiempo que los registros históricos.  La explicación es que las aguas acumuladas en la llanura en los municipios de Calimete, Jagüey Grande y Pedro Betancourt se fueron evacuando poco a poco, a causa de las insuficiencias del drenaje. Esa situación provocó que las aguas se mantuvieran alimentando durante varios días las zonas más bajas del terreno, ya inundadas, al sur de la autopista.  Antes de fabricarse esa vía, las aguas corrían libremente y no se producían tales acumulaciones por tanto tiempo.

Igual escenario se encuentra en ciudades y pueblos, tanto por la presencia de avenidas y calles que funcionan como represas, como por la construcción de separadores, muros y edificios en lugares por donde normalmente corrían las aguas del escurrimiento superficial. En la barriada de Río Verde (La Habana), la calle 251 coincide con un antiguo arroyo; cuando llueve las aguas corren por esa calle directamente hasta el cauce del río cercano y no se acumulan.

En contraste, en la Avenida de Rancho Boyeros están presentes varios tramos que se inundan cuando las precipitaciones alcanzan algo más de 30 o 40 mm en pocas horas. En la zona de Baluarte coinciden varios factores, como la presencia del separador central sin drenes y el cubrimiento con asfalto de las bocas de los drenajes preexistentes.  En el tramo de Río Verde no se construyeron ningún tipo de drenajes, de manera que el agua de lluvia se acumula sobre el pavimento, incluso frente a la parada de autobuses.   

2- En otros barrios de la ciudad, como Santos Suárez, Luyanó y Centro Habana, donde existen espacios propensos las inundaciones por intensas lluvias, este problema resulta de la expansión de las áreas construidas, lo cual conllevó al rellenamiento de cauces de antiguos arroyos. Estos lugares debieron haberse beneficiado con un adecuado drenaje soterrado, pero los desarrolladores no tomaron en cuenta los factores del relieve o se engañaron al observar que los arroyos estaban secos.

Otro problema, no menor, se vincula a los sistemas de drenaje soterrados (alcantarillado) de la ciudad. Tengo la impresión de que algunos de estos sistemas quizás están localmente interrumpidos por nuevos túneles y edificios con cimientos profundos, desplomes por fracturación de las estructuras y acumulaciones de desperdicios. Soy testigo de desplomes a lo largo de líneas de alcantarillado en El Vedado;  de la clausura de desagües a los lados de la avenida de Rancho Boyeros en Baluarte y de pavimentos mal construidos donde se forman lagunatos sobre la calle, a pesar de que, a un costado, hay un relieve más profundo hacia donde podrían derivarse las aguas.

 

Para resolver la poca funcionalidad del alcantarillado quizás sea necesario estudiar el estado del sistema de este drenaje soterrado en los lugares problemáticos y tomar medidas profilácticas cuanto antes. Son más costosas las consecuencias de las inundaciones que la inversión en prevención.  Es cierto que hacen falta inversiones, pero en no pocos casos, hay situaciones de mala planificación, escasa supervisión del trabajo, mal diseño y también desidia, así como la pérdida de la «cultura del detalle».

3- Trabajos de mantenimiento. Este es un asunto fundamental en toda obra construida, sobre todo en las poblaciones donde los actos de indisciplina tecnológica y social pueden conducir a la acumulación de desperdicios en lugares inadecuados.  Pero lo esencial no es limpiar y contener la basura sólida, sino mantener las obras en condiciones óptimas para que cumplan el objetivo para el que fueron construidas. Es posible que muchos problemas se puedan evitar y otros se resuelvan con mínimos ajustes bien pensados y  tareas que se pudieran ejecutar con trabajo social. El peligro está en dejar que los problemas de mantenimiento se acumulen; es esencial resolverlos no mediante acciones espontáneas, sino según se presenten y consultando siempre la opinión de los expertos.

4- Estudios de peligro, vulnerabilidades y riesgos.  Estas investigaciones se han estado llevando a cabo durante desde hace muchos años, de manera que se ha acumulado una información de gran valor práctico. Urge poner esa información al servicio de todos, y sobre todo, consultarla antes de proceder a resolver las afectaciones que ocurren después de la ocurrencia de un evento destructivo. 

Peligros combinados

El pasado 22 de Junio de 2024 en la ciudad de La Habana ocurrieron simultáneamente inundaciones, desabastecimiento de agua y derrumbe parcial de edificaciones.  Para responder a este tipo de escenario se r eso se desarrolló la teoría de la gestión multirriesgo, que promueve la prevención que toma en cuenta la posible simultaneidad de varios eventos severos, genéticamente vinculados o no, tecnológicos, climáticos o sociales. En otras palabras, la gestión de riesgos, en especial en las ciudades , tiene que ser holística. 

Un buen ejemplo de este tipo de trabajos es la obra de Camacho Sanabria y  Chávez Alvarado “Riesgos hidrometeorológicos en el sureste mexicano (Quintana Roo): inundaciones urbanas”. Aunque se puede afirmar que muchas ciudades cubanas tienen estudios muy semejantes, los cuales deben ser consultados y más tomados en cuenta por las autoridades locales.


Bibliografía

Camacho Sanabria, J. M. y  Chávez Alvarado, R., 2022, Riesgos hidrometeorológicos en el sureste mexicano (Quintana Roo): inundaciones urbanas.  D.R. © CLAVE Editorial, 162 p. México. ISBN: 978-607-437-611-1.

Cuevas-Ojeda, J.L., Fundora-Granda, M.J., Polo-González, B., Pedroso Herrera, I.I., y González Raynal, B.E., 2007. Riesgos geólogo-geofísicos y tecnológicos inducidos por deslizamientos, inundaciones, lluvias y sismos, en condiciones de montaña y valles colindantes: Guamuhaya, Cuba. En: Memorias, Trabajos y Resúmenes. II Convención Cubana de Ciencias de la Tierra (Geociencias' 2007). Centro Nacional de Información Geológica, Instituto de Geología y Paleontología de Cuba, La Habana.

Iturralde-Vinent, M. 2018 a. Inundaciones por intensas lluvias en Cuba: Comportamiento. Anales de la Academia de Ciencias de Cuba. 11(2):16-28.

Iturralde-Vinent, M.A., 2018b. Inundaciones terrestres en Cuba. Revista Juventud Técnica. 1 p.

Iturralde-Vinent, M., (Editor) 2018c. Nueva versión Folletos "Protege a tu familia de..." Números 1 a 10. Serie creada para celebrar el Año Internacional del Planeta Tierra (2008). Folletos: Aguas contaminadas, Terremotos y tsunamis, Derrumbes y deslizamientos, Erosión y pérdida de suelos y bosques, Ríos crecidos, torrentes e inundaciones, Elevación del nivel del mar y los eventos de oleaje extremo, Las consecuencias del Cambio Climático, Huracanes, tornados y descargas eléctricas, La sequía, Las construcciones vulnerables.

Iturralde-Vinent, M.A., Iturralde-Vinent, M.A. 2020. Desastres naturales en Cuba. Memorias y prevención. Ebook, Editorial CITMATEL.  https://www.libreriavirtualcuba.com/desastres-naturales-en-cuba-memorias-y-prevencion

Iturralde-Vinent, M., Saker Labrada, M., y Millán, M., 2015. Cuba: El ABC de la prevención de desastres naturales. Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 140 pp., ISBN: 979-959-11-0971-2.

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