Ciclones

Ahora que ya estamos en temporada ciclónica y los pronósticos no se dibujan muy bonitos… aunque los ha habido peores; vale echar mano a los sabios conocimientos del geógrafo e historiador de la meteorología en Cuba, el profesor Luis Enrique Ramos Guadalupe, quien recientemente, ofreciera para la televisión cubana un recuento de la historia de las temporadas ciclónicas en esta Isla.

 El también miembro honorario de la Sociedad Meteorológica de Cuba, comenzó recordando que el término “temporada ciclónica” es un intervalo convencional, establecido por los seres humanos, pero la naturaleza, siempre que tenga las condiciones apropiadas en el océano, puede generar un ciclón. Y las estadísticas confirman que han ocurrido ciclones en todos los meses del año.
 


En el siglo XIX, el historiador recordó que ese intervalo estaba circunscrito a los meses más activos: agosto, septiembre y octubre. Fue en el siglo XX cuando abarcó al mes de junio y se extendió hasta el 15 de noviembre. 

Solo cuando comprobaron que la temporada continuaba un poco más allá de ese día, fue que, a partir de 1966, se estableció la temporada desde el primero de junio al 30 de noviembre, el intervalo donde más frecuentemente se forman ciclones.

El comienzo de los pronósticos

El profesor Ramos Guadalupe explica que el interés por pronosticar la actividad ciclónica en el océano Atlántico dio inicio con los marinos, sobre todo con los pilotos y los capitanes de barco, en los siglos XVIII y XIX.

Entonces denominaban a la temporada ciclónica equinoxio, porque sabían que la mayor probabilidad de que se generaran huracanes se ubicaba en el intervalo del equinoxio de otoño, cuando más veían en peligro sus vidas en alta mar.

 Y este año, ratificando aquellos añejos conocimientos, el pico de la actividad ciclónica que se avecina coincide, aproximadamente, con el 22 de septiembre, que es precisamente la fecha del equinoxio de otoño.
 


En Cuba, se empezaron a utilizar los pronósticos meteorológicos de ciclones en torno a los años 1937-1938, etapa en que el meteorólogo, ingeniero y arquitecto José Carlos Millás (La Habana, 22 de enero de 1889 - Miami, 28 de noviembre de 1965)   hizo un estudio que denominó “pronóstico precoz de la actividad ciclónica en la porción occidental de Cuba”. 

 


Sobre Millás, CubaSí investigó que fue el único científico escogido por la Sociedad Geográfica y la Academia de Ciencias de La Habana, para acompañar a Albert Einstein durante su breve visita a la capital del país en diciembre de 1930.

No obstante, vale recordar que el Padre Benito Viñes, jesuita, pronosticó por primera vez en la historia, el 12 de septiembre de 1875, el azote de un huracán a Cuba. Fue el primer pronóstico meteorológico de su tipo registrado en el Hemisferio Occidental, y lo hizo un día antes de que el huracán golpeara la costa sur de Cuba. 

El profesor Ramos Guadalupe recordó en su comparecencia televisiva que aquel pronóstico precoz de la temporada ciclónica de los años 30 del pasado siglo, “Fue un adelanto, pero, desde luego, él sólo podía hacerlo para la región del país de donde tenía la mayor información, que era el occidente del país”.

Dicho pronóstico respondió a una solicitud de las empresas aseguradoras que habían pedido al Observatorio Nacional que definiera en qué temporada podía producirse el mayor riesgo ciclónico durante el año.

Un avance en el estudio de los huracanes en el Atlántico tuvo lugar en los años 80 del pasado siglo a partir de la labor del profesor de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Colorado, EE.U), William M. Gray (9 de octubre de 1929- 16 de abril de 2016), de la Universidad de Colorado, EE.UU., considerado en el sector científico estadounidense como el "gurú de los huracanes". 
 


William M. Gray en una conferencia sobre huracanes que impartiera en 2008. Foto: AP

Pronósticos de huracanes en Cuba

En esta geografía insular, el profesor Ramos Guadalupe asegura que “somos adelantados en muchos de estos aspectos” y menciona a los tres primeros meteorólogos que, en 1994, desarrollaron la ecuación que permitió elaborar el primer pronóstico estacional: los doctores Marítza Ballester, Cecilia González y Ramón Pérez Suárez, quien aún permanece activo y ha sido el autor principal del pronóstico para este año.


En ese momento, el experto precisa que ese pronóstico inicial no se difundió mediante la prensa como hoy se hace, solo fue del conocimiento de los Organismos de la Administración Central del Estado, hasta tanto eso fue refinándose.

Es a partir del siglo XXI cuando ya comienza a darse a conocer a la población como actualmente tiene lugar, ya perfeccionado cada vez más.
 


Lo que viene

El número de huracanes pronosticados y de los huracanes o los ciclones tropicales que se formen, no está directamente relacionado con el peligro para una región específica, porque el pronóstico proyecta un número posible, 
sin embargo la ciencia todavía no puede precisar en qué lugar específico del océano se van a formar y qué trayectorias seguirán, acota el historiador. 
 


Imagen: tomada del perfil en Facebook de Luis Enrique Ramos Guadalupe

A pesar de que todavía no pueda contarse con detalles sobre lo que esta temporada nos deparará a los cubanos, CubaSí recuerda que la actividad del pasado año fue superior a la media histórica anotándose18 organismos tropicales, de ellos 7 huracanes.

Y para este año que ya va por la mitad, el Centro Nacional de Pronósticos indica que entre este junio y el 30 de noviembre se espera la formación de 15 ciclones tropicales en toda la cuenca del Atlántico Norte,  8 de los cuales podrían alcanzar la categoría de huracán. 
 


Así que, además de cruzar los dedos, lo importante es mantenerse preparados y serenos, alertas y al tanto de todas las informaciones, avisos y alertas provenientes de los canales oficiales.