Sancti Spíritus, Cuba, 27 dic. - El arte rupestre presente en todas las épocas de la historia del ser humano, continúa aportando al conocimiento del desarrollo y vida de las comunidades primitivas en Cuba, asegura hoy el investigador Luis Olmo Jaz.
El presidente del Grupo Espeleológico Samá intercambió con Prensa Latina sobre la realización de esta práctica por los aborígenes en esta central provincia, aportadora de las formas de vida, culto, magia y evolución de las comunidades primitivas,
Explicó que en la isla existen más de 300 sitios de arte prehistórico y Sancti Spíritus está entre los territorios donde más sitios se han descubierto, espacios que demandan nuevas investigaciones.
La mayoría de los bocetos rupestres están asociados a indiscutibles rituales o creencias fantásticas, al medio y la subsistencia de las comunidades primitivas, analizó el espeleólogo.
A esas evidencias se añaden gráficas del posible encuentro entre nativos y conquistadores, que están presentes en cuevas del Parque Nacional Caguanes, en el norteño municipio de Yaguajay.
El parque, declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) Reserva de la Biosfera, lo integran la Ciénaga de las Guayaberas e islotes llamados Cayos de Piedra, refugio de innumerables especies de fauna terrestre y marina.
Reveló que en la caverna de los Cuchillos, en Cayo Salinas, uno de los 10 islotes del grupo insular cayos de Piedra, existen seis pictografías de figuras abstractas o geométricas, algunas parecidas a una tela de araña.
Sobre su descubrimiento precisó que fue realizado a fines del siglo XX y dejaron latente el encuentro de dos culturas precolombinas.
La Cueva de los Niños en Cayo Salinas, descubierta el 12 de abril de 1941, es un sitio emblemático de la arqueología cubana al estar relacionada con el entierro colectivo de 13 infantes aborígenes.
Según Olmo Jaz el doctor René Herrera (1895-1968), profesor de Antropología de la Universidad de La Habana, realizó la exhumación de los niños de unos 10 años de edad y diversas ofrendas de bolas de piedra pulidas.
Este sitio conserva 12 pictografías, de ellas dos rojas y las restantes negras que ofrecen una lectura luctuosa, aun cuando se requiere profundizar en su estudio.
Otro derrotero aborigen está en la gruta de Los Chivos con nueve pictografías, mientras en la Grande de Judas hay 23 y un petroglifo, los trazos existentes asemejan la presencia de un murciélago, dice.
La galería Guayarúes o la Guinea es el sitio espirituano con más manifestaciones de arte rupestre, 25 en total, 15 pictografías negras y 10 petroglifos.
Mientras, la pictografía en la cueva del Pirata, con una extensión de mil 247 metros, está en el salón de los Brillantes, en su parte más oscura.
El primer reporte de pinturas rupestres en Cuba tuvo lugar en 1839 y alrededor del 60 por ciento de los espacios descubiertos y estudiados tienen escrituras, en su mayoría de color negro, aunque también las hay rojas, blanco y sepia. El arte rupestre es una de las manifestaciones artísticas aborígenes más conocidas
universal; tuvo sus inicios en Europa, hace unos 30 mil años y en América alrededor de 20 mil, según las pinturas fechadas en la localidad de Piaui en Brasil.