Cual si se tratara de una película de Marvel, un «héroe» anónimo, enmascarado nada menos que por The New York Times, ha sacado a la luz una conspiración existente entre varios funcionarios de la Casa Blanca contra el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
El propio título del artículo: «Soy parte de la resistencia dentro del gobierno de Trump» recuerda a una de esas películas post apocalípticas en las que los rebeldes de la «resistencia», casi siempre oculta en el subsuelo, se enfrentan al Emperador del imperio del mal. La diferencia, en este caso, estriba en que los «sublevados» («muchos de los funcionarios de alto rango en su propio gobierno trabajan diligentemente desde adentro para frustrar partes de su agenda y sus peores inclinaciones») no se encuentran ocultos en las catacumbas del sistema, sino entre las bambalinas del despacho oval.
Los «rebeldes», que por ahora permanecen en el anonimato para no perder el empleo, según las declaraciones de quien pudiera ser el líder de la «resistencia», o quizás solo el mensajero, hacen todo lo que esté a su alcance para preservar las instituciones democráticas y, al mismo tiempo, frustrar los impulsos más erróneos de Trump hasta que deje el cargo. La misión principal, acabar con la raíz del problema: «la amoralidad del presidente» que, aunque fue electo como republicano, muestra poca afinidad hacia los ideales adoptados desde hace mucho tiempo por los conservadores: libertad de pensamiento, libertad de mercado y personas libres.
Por suerte, el comportamiento errático de Trump, asegura el enmascarado, sería más preocupante «si no fuera por los héroes anónimos dentro y cerca de la Casa Blanca. Algunos de sus asistentes han sido personificados como villanos por los medios. Sin embargo, en privado, han hecho grandes esfuerzos para contener las malas decisiones en el Ala Oeste, aunque claramente no siempre tienen éxito».