María Zajárova, vocera del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, abundó este jueves en la relación directa que tiene la actual situación en Cuba con el bloqueo impuesto por los Estados Unidos contra la Isla por más de 60 años.
Zajárova rechazó la “abierta insolencia” con la que las autoridades norteamericanas atribuyen las protestas registradas en Cuba el pasado fin de semana a acciones del Gobierno de la nación caribeña.
Y destacó: “Un cinismo particular de Washington consiste en que durante todo el período de existencia de la Cuba revolucionaria, persiguió deliberadamente una estrategia de sofocar al país, discriminar a su pueblo y destruir la economía”.
Son, precisamente, esas “sanciones interminables y absolutamente ilegales” las que han afectado duramente la adquisición y suministros de “los bienes de consumo más esenciales, incluidos los alimentos y los medicamentos”, insistió la diplomática rusa. Y añadió que estas medidas se han recrudecido todavía más durante la actual pandemia.
Ello forma parte de una estrategia de fomento de las llamadas “revoluciones de colores”, aplicada con anterioridad en países con gobiernos que no les simpatizaban a los Estados Unidos, dijo.
“La lógica es simple”, resumió la vocera de la Cancillería rusa. En primer lugar, “se introducen las sanciones, se crean o se traen desde fuera problemas artificiales, pero que ejercen presión sobre la situación socioeconómica del país. Sobre esta base se provoca una tensión, se fomentan los sentimientos antigubernamentales. Y cuando la 'masa crítica' se acumula, toda la culpa recae sobre el Gobierno nacional”.