Biden

El presidente de EEUU, Joe Biden, no renunciará a las sanciones contra Cuba porque en las próximas elecciones le podrían servir para atraer al lado demócrata a los republicanos, sostuvo el investigador Evgueni Páshentsev, del Instituto de problemas internacionales de la Academia Diplomática de la Cancillería rusa.

"Desde el punto de vista de los jefes del Partido Demócrata es necesario sacar parte de los electores republicanos, hacer que voten a favor de los demócratas, lo cual es imposible en caso de apoyo a las izquierdas, incluyendo las cuestiones cubanas", declaró Páshentsev a Sputnik.

Según el experto, "por mucho que lo desee, el presidente actual no puede transitar por el camino de Barack Obama", de centro-izquierda.

Biden "no será tan ultraderechista como [Donald] Trump pero tampoco hará grandes concesiones para normalizar las relaciones, sobre todo si hay elementos de protestas relacionadas principalmente con el bloqueo que EEUU ha estado manteniendo a lo largo de decenios", sostuvo el politólogo.

Páshentsev señaló que el bloqueo estadounidense causa pérdidas enormes a la economía cubana, sobre todo en condiciones de la actual pandemia y, además, representa una presión moral y política y aleja a los cubanos del Gobierno.
No obstante, Cuba ha sido el único país latinoamericano que consiguió desarrollar una vacuna contra el coronavirus, indicó el experto.

"Es un ejemplo de eficacia del sistema sanitario que siempre experimenta dificultades debido al bloqueo, la escasez de fármacos, y, a pesar de todo, el nivel de vacunación en Cuba es muy alto en comparación con otros países de la región", destacó el politólogo.

El pasado 11 de julio en La Habana y otras localidades cubanas se registraron violentos disturbios, que iniciaron como protestas y generaron un caos con actos de vandalismo y violencia callejera, y donde resultó una persona muerta, decenas de heridos y cientos de arrestados.

El Gobierno de Cuba acusó a Washington como el principal promotor de las manifestaciones, a través de campañas desplegadas en las redes sociales desde centros operativos en el sur de EEUU, como parte de una operación de golpe blando, como el empleado en las conocidas "revoluciones de colores".