La Habana, 11 oct (ACN) ¡Viva Cuba Libre! ¡Viva la Revolución! Hay instantes en los cuales esas exclamaciones se hacen sentir con toda intensidad y simbolismo. Este domingo, en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, se produjo uno de ellos, durante el acto conmemorativo por el aniversario 153 del inicio de nuestras gestas libertarias, rompimiento que está marcado en el calendario y en la memoria insular con el día del 10 de Octubre.
El recuerdo de aquellas horas fundacionales, justamente en un recinto que tanto significa para Cuba, sirvió para reverenciar a la historia y a sus artífices. Y como el viaje de la Patria por el hilo de su destino ha sido tan intenso, más de un momento emotivo tuvo el acto que contó con la presencia del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
«En este histórico escenario —expresó el Presidente Nacional de la Unión de Historiadores de Cuba, Jorge Luis Aneiros Alonso—, hacemos público el acuerdo del Comité Nacional (de esa institución), que acordó por unanimidad reconocer la valiosa contribución del General de Ejército Raúl Castro Ruz, a la historia patria, otorgándole el Premio Nacional de Historia».
Aneiros Alonso afirmó que el General de Ejército «ha sido, durante más de medio siglo, protagonista excepcional de la historia de Cuba y apasionado estudioso del devenir histórico nacional. Tras el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, Raúl ocupó los cargos de más alta responsabilidad en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), el Partido Comunista de Cuba (PCC), y la conducción de nuestro Estado y Gobierno».
Desde esos ámbitos, enfatizó el historiador, Raúl Castro «impulsó los estudios históricos y la defensa y la conservación de la memoria histórica de la nación, con énfasis en la etapa revolucionaria que se inició con el asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, donde las circunstancias de la misión asignada lo hicieron jefe en el combate».
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En una enumeración de méritos que son razones para otorgar el Premio Nacional de Historia, Aneiros detalló que el General de Ejército «fue creador del órgano para el desarrollo del trabajo con la historia en las FAR, promotor (dentro de esa institución) de la creación de sitiales y salas de historia, y de museos como el del Segundo Frente y el de la Revolución, entre otros. Igualmente auspició la creación de un grupo para la divulgación de la historia en soportes digitales, el fondo documental relacionado con el Segundo Frente Oriental Frank País, y la conservación de exponentes de carácter histórico».
«Consciente —añadió— de la importancia de conservar el testimonio de momentos cruciales del decurso histórico cubano, Raúl Castro escribió su valioso “Diario de Campaña”, que relata lo ocurrido desde la expedición del Granma y la etapa guerrillera, además de sus artículos, entrevistas, conferencias y discursos, que contribuyen al conocimiento de la historia y son una fuente valiosa para investigadores y el público en general».
«A partir del criterio de que fuimos capaces de hacer la historia y tenemos el deber de escribirla, Raúl Castro ha alentado constantemente a los combatientes a que escriban sus testimonios, realicen investigaciones sobre las columnas guerrilleras, sobre los mártires y héroes de estas, así como acerca de las misiones internacionalistas.
También ha sido ejemplo en ese sentido y ha publicado trabajos sobre hechos históricos en los que participó, ha prologado numerosas obras que reconstruyen acontecimientos históricos, y ha apoyado a otros historiadores en este mismo sentido».
El Premio Nacional de Historia se ha entregado al compañero Raúl —subrayó Jorge Luis Aneiros Alonso—, «atendiendo a sus méritos como hacedor de la historia y contribuciones a la preservación de la memoria histórica».
Se ha entregado al «moncadista y expedicionario del Granma, fundador del Segundo Frente Oriental Frank País y de las FAR, y perseverante combatiente revolucionario, dirigente político y estadista».
En nombre del General de Ejército recibió el diploma que acredita el otorgamiento del Premio Nacional de Historia, el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez. El Jefe de Estado explicó a los presentes que el compañero Raúl había accedido a recibir el Premio, justamente por la importancia que entraña.
Igualmente el dignatario hizo extensivo el agradecimiento del General de Ejército a los investigadores, así como su exhortación a que sigan bebiendo de la savia de la historia, esa dimensión donde pueden encontrarse las respuestas a múltiples desafíos nuestros.
Premios a los que aman y desentrañan la historia
Para reverenciar a quienes han dedicado sus vidas a comprender la sucesión de acontecimientos en la línea del tiempo, tuvo lugar en el Aula Magna el acto por el 153 aniversario del 10 de Octubre, el cual también contó desde la presidencia con la Dra. Miriam Nicado García, miembro del Comité Central del Partido Comunista y rectora de la Universidad de La Habana, así como con Jorge Luis Aneiros Alonso.
En una jornada que estuvo acompañada de miembros del Buró Político y del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista, de viceprimeros ministros y ministros, así como de otros dirigentes del Partido y el Gobierno, recibieron la Medalla «Alejo Carpentier»de manos del Jefe de Estado, las doctoras Francisca López Civeira y Mildred del Carmen de la Torre Molina, ambas Premios Nacionales de Historia y miembros titulares de la Academia de Ciencias de Cuba.
Dicha medalla es otorgada por el Ministerio de Cultura, institución que también premia con la Distinción «Por la Cultura Nacional» a quienes han contribuido con su ejecutoria al desarrollo de la nacionalidad cubana.
Durante la ceremonia, Alpidio Alonso Grau, titular de Cultura, impuso la Distinción a Carmen Almodóvar Muñoz, Angelina Rojas Blaquier, María Caridad Pacheco González, José Boris AltshulerGutwert, y Julio César González Laureiro.
Igualmente fue otorgado el Premio de la Crítica histórica «José Luciano Franco Ferrán» —que estimula los mejores libros en las categorías de monografía y ensayo histórico, editados por una editorial territorial—, a Hernel Pérez Concepción, de la provincia de Holguín, por su obra «Calixto Cargía en la Guerra Grande», de Ediciones La Mezquita.
El Premio de la Crítica Histórica «Leonardo Griñán Peralta» —que estimula los mejores textos en la categoría de biografía, hechos por cualquier editorial cubana—, fue dado a Aldo Daniel Naranjo Tamayo, de la provincia de Granma, por su creación «El estandarte que hemos levantado. Apuntes cronológicos. Carlos Manuel de Céspedes (1819—1874)», Ediciones Unión de Historiadores de Cuba.
Seguidamente Jorge Luis Aneiros Alonso hizo entrega del Premio de la Crítica Histórica «Ramiro Guerra Sánchez», al Doctor José Luis Méndez Méndez, investigador del Centro de Estudios Históricos de la Seguridad del Estado, por su libro «Demócratas y republicanos. Veinticinco años de agresiones contra Cuba», de la Editorial Capitán San Luis.
Especialmente emotivo resultó el momento en que se recordó que, desde 1998, la Unión de Historiadores de Cuba otorga el Premio Nacional de Historia en reconocimiento a la obra de toda una vida. Hasta hoy son 27 los investigadores que han merecido el lauro. En el Aula Magna, fueron escuchados los nombres de quienes «ya no están físicamente entre nosotros, pero han dejado un legado con su obra»: Hortencia Pichardo Viñals, Julio RiverendBrusone, Cesar Augusto García del Pino, José Cantón Navarro, Eusebio Leal Spengler, Francisco Pérez Guzmán, Aurea Matilde Fernández, Jorge Ibarra Cuesta, Pedro Álvarez Tabío Longa, Mario Mencía Cobas, Gloria García Rodríguez, Elda Cento Gómez, Luis García Pascual, y Alejandro García Álvarez.
Cuando fue pronunciado el último nombre de esa lista, se produjo una larguísima ovación, porque se trataba de un pensador, de un hacedor de la historia cuya presentación no necesitaba muchas palabras: Fidel Alejandro Castro Ruz, líder histórico de la Revolución Cubana.
De manos de Aneiros, recibió el Premio Nacional de Historia 2020 el Dr. Alberto Prieto Rozos, profesor emérito de la Universidad de La Habana y miembro de la Academia de Historia. A él, dedicó palabras de elogio el historiador y MsC. René González Barrios: lo definió como uno de los más profundos, precisos y críticos historiadores de la contemporaneidad. Rozos expresó luego su orgullo por ser historiador, condición que le permite comprender el presente desde el estudio del pasado.
El profesor compartió con los presentes su absoluta convicción de que los cubanos, juntos, «podemos vencer»: «¡Que viva el 10 de Octubre, y que viva la Revolución!», exclamó el consagrado historiador de 83 años.
En una intervención que volvió sobre la trascendencia de nuestra lucha por emanciparnos, Jorge Luis Aneiros expresó: «No se puede conmemorar a plenitud el 10 de octubre de 1868 sin tener presente a Fidel Castro, cespediano por convicción y líder revolucionario que en el siglo XX retomó el llamado de Céspedes y teniendo a Martí como mentor esencial supo conducir al pueblo cubano a su verdadera y definitiva independencia, hacer una revolución socialista y antiimperialista en el traspatio de los Estados Unidos, y valorar en su tiempo y para todos los tiempos, el significado de tan gloriosa e inmortal fecha».