La Habana, 6 jul. - En el aniversario 40 de su fallecimiento, recuerdan hoy en Cuba a Raúl Roa, el Canciller de la Dignidad.
Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, afirmó en la red social Twitter que la política exterior de la Revolución cubana tuvo a su más fiel y original intérprete en Raúl Roa, y que a cuatro décadas de su deceso continúa siendo referente.
“La política exterior de la #RevoluciónCubana, obra del genio político de #FidelCastro, tuvo a su más fiel y original intérprete en Raúl Roa García, el Canciller de la Dignidad. A 40 años de su desaparición física, sigue siendo referente. #SomosCuba”
“Roa puso en alto los principios y la dignidad de nuestro país ante el mundo y denunció en múltiples ocasiones las acciones de EEUU vs #Cuba y América Latina”, expresó en la propia plataforma digital el Primer Ministro cubano Manuel Marrero Cruz.
Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores de la mayor de las Antillas, señaló que Roa emprendió, con singular maestría, una diplomacia revolucionaria e innovadora de la que son orgullosos herederos.
“Su vibrante oratoria e incontables batallas en defensa de nuestra independencia y soberanía nos guían e inspiran en actuales luchas por la Revolución”, agregó.
Según artículo publicado en el sitio web de la Cancillería, Roa falleció en La Habana, su ciudad natal, tras haber cumplido una fecunda existencia como combatiente revolucionario, estudiantil y luego profesor de la Universidad de La Habana, y como intelectual militante y diplomático vinculado a las causas más justas y progresistas, con el ideario marxista-leninista y martiano.
Desde muy joven, explica, se distinguió por su personalidad brillante, y en la diplomacia sentó cátedra, con un estilo muy directo, convincente y desbordante que robaba inmediatamente la atención de los auditorios.
En 1959 fue designado para representar a Cuba dentro de la Organización de Estados Americanos (OEA) y el sobrenombre de Canciller de la Dignidad lo recibió precisamente a partir de una reunión de este organismo realizada en Costa Rica, en 1960.
“Cuando se convenció de que los justos reclamos de Cuba nunca iban a ser atendidos, se levantó y dijo que se iba con su pueblo, y junto a ellos también se marchaban los pueblos del continente”, refiere la Cancillería.