La XV Cumbre de los BRICS celebrada del 22 al 24 de agosto en Johannesburgo bajo la presidencia de Sudáfrica se convirtió en la mayor reunión de jefes de Estado y de Gobierno del Sur Global en los últimos años.
Durante el evento, el bloque BRICS, compuesto por Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica, anunció que Argentina, Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía se convertirán en nuevos miembros de pleno derecho a partir del 1 de enero de 2024.
El BRICS duplica con creces el número de miembros
Esta histórica ampliación —se trata de la primera incorporación que confirma el grupo luego de que en 2011 sumara a Sudáfrica—, así como la existencia de solicitudes de ingreso al bloque de más de una decena de países, "no solo atrajeron la atención mundial", sino que también otorgaron "una enorme influencia" a la organización, indica el periodista Alex Lo, columnista del periódico SCMP .
Los BRICS se convirtieron en "un competidor viable" de las instituciones occidentales que "han dominado durante mucho tiempo la economía global", señala el artículo. Asimismo, también "representarán la mayoría de los recursos naturales del mundo, sobre los cuales Occidente ha ejercido control durante mucho tiempo".
Según el autor, el creciente interés de cada vez más países por unirse a los BRICS radica en "su necesidad de escapar de la constante amenaza hegemónica de Estados Unidos". "Debido a la extraterritorialidad de Washington, más países en desarrollo no tienen otra opción que encontrar medios alternativos para realizar negocios y comerciar para evitar ser atacados arbitrariamente" por Washington, acostumbrado a mantener su dominio mediante las sanciones unilaterales y el bloqueo económico, afirma el columnista.
"El mundo ha visto cómo Estados Unidos, a veces seguido por aliados occidentales, libra una guerra económica para imponer un cambio de régimen y castigar a poblaciones enteras. Las vidas y los medios de subsistencia de millones de personas se tratan como meros daños colaterales", dice Lo. "El eje de la guerra económica estadounidense es el dólar convertido en un arma que se cierne sobre los países en desarrollo como la espada de Damocles. Al menos, el BRICS+ ofrece una ruta de escape, y cuantos más miembros, mejor", concluyó.