Al intervenir en el 54 período ordinario de sesiones del Consejo de Derechos Humanos, el representante permanente de Cuba ante la Oficina de Naciones Unidas en Ginebra, Juan Antonio Quintanilla, llamó a poner fin al orden económico internacional injusto y desigual para superar las actuales crisis globales.
Ante el Consejo, que sesiona en la ciudad suiza del 11 de septiembre al 13 de octubre, el representante permanente cubano denunció la deformada arquitectura financiera imperante y los irracionales patrones de producción y consumo del capitalismo.
“Numerosos informes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y del Programa Mundial de Alimentos demuestran que en el mundo se producen suficientes alimentos para garantizar la alimentación de la población mundial, pero su despilfarro y desigual distribución condicionan la profunda crisis actual”, dijo.
El diplomático afirmó que a ese desafiante escenario habría que añadir la imposición de criminales medidas coercitivas unilaterales, la promoción de guerras de cuarta generación, la desinformación, la subversión con fines políticos y otras inaceptables prácticas que son graves violaciones de la Carta de la ONU y el derecho internacional.
En ese sentido, recordó las agresiones que por más de seis décadas ha enfrentado Cuba desde Estados Unidos, que le impone un bloqueo económico, comercial y financiero.
A nombre de Cuba, Quintanilla reconoció los esfuerzos del alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, por una estrategia más balanceada, realista, inclusiva y consecuente con las necesidades de las naciones del Sur en este ámbito.
También destacó como un paso certero la consideración de la importancia transversal de los derechos económicos, sociales y culturales y del derecho al desarrollo.
En su intervención, reiteró el rechazo de Cuba a la utilización de los derechos humanos para promover acciones políticamente motivadas contra países del Sur.
Al respecto, subrayó la postura de Cuba de defender la comprensión, el diálogo, la cooperación y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados en el impulso y la protección de los derechos humanos en el planeta.
“Consideramos que la Oficina del Alto Comisionado tiene mucho que hacer en la búsqueda de una metodología de trabajo más balanceada y dirigida a la cooperación, en detrimento de la manipulación política y los dobles raseros”, dijo, y recalcó la voluntad de Cuba de trabajar en el fortalecimiento de la cooperación sobre la base del respeto mutuo.
(Con información de Prensa Latina)