En sus centros docentes y unidades se forjan líderes íntegros y comprometidos. Foto: Roberto Suárez.

 

Si me preguntaran, ¿qué significa pertenecer a las Fuerzas Armas Revolucionarias?, solo respondería con tres palabras: ejemplo, orgullo y patriotismo. Somos el ejército conformado por el pueblo, el mismo pueblo que a pesar de las dificultades todos los días se levanta a construir un país bloqueado y constantemente amenazado por el imperio.

Es mucho más que desempeñar un rol militar, es asumir un compromiso profundo con los ideales y valores de la Revolución. Significa ser un guardián incansable de la soberanía y la independencia de la patria, defender con valentía y honor los derechos y la dignidad de cada ciudadano cubano.

Cada 2 de diciembre, se celebra el Día de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), en homenaje al desembarco de los expedicionarios del yate Granma por las cercanías de playa Las Coloradas. Estas poseen una estructura, equipamiento y disposición que garantiza el cumplimiento de las misiones combativas, la preparación del país para la defensa y el empleo de sus combatientes en actividades de provecho para el desarrollo económico del país y para el cuidado del medio ambiente.

Surgieron en un contexto necesario de salvaguardar la recién ganada independencia y enfrentar las amenazas externas e internas. Disímiles son los momentos que han resultado decisivos en su actuación y desarrollo, como la agresión mercenaria por Playa Girón en abril de 1961, la Lucha Contra Bandidos, la Crisis de Octubre y las misiones internacionalistas.

Ser militar exige sacrificio, disciplina y espíritu indomable, sin embargo, la recompensa es inigualable: encarna los más altos valores de la integridad, el liderazgo y el servicio desinteresado.

Una vez que se alejan de nuestro país los fenómenos naturales los miembros de las FAR apoyan en la recuperación. Foto: Roberto Garaicoa Martínez.

 

Los combatientes son un apoyo constante a la comunidad, se les puede ver en tareas agrícolas, participando en proyectos sociales y en el enfrentamiento a fenómenos naturales; no hay tarea que les sea asignada que no cumplan con dedicación.

En sus centros docentes y unidades se forjan líderes íntegros y comprometidos, ejemplos de entrega y solidaridad que se nutren de nuestras tradiciones históricas y de las experiencias combativas. Todo ello gracias a los paradigmas que nos han legado sus antecesores y fundadores.

Con el prestigio de sus integrantes, las FAR se han ganado la admiración del pueblo cubano en sus largos años de resistencia y hoy permanecen como garantía para honrar la convocatoria del General de Ejército Raúl Castro Ruz en su discurso del primero de enero de 2024, en Santiago de Cuba cuando expresó:

«Y mientras mayores sean las dificultades y los peligros, más exigencia, disciplina y unidad se requieren. […] La unidad es nuestra principal arma estratégica; ha permitido a esta pequeña isla salir airosa en cada desafío; sustenta la vocación internacionalista de nuestro pueblo y sus proezas en otras tierras del mundo, siguiendo la máxima martiana de que patria es humanidad.  ¡Cuidemos la unidad más que a la niña de nuestros ojos!».

Celebramos estos 68 años en momentos en que la Revolución Cubana enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia y lo hacemos conscientes de que seguiremos venciendo.

Apoyan al país en las tareas agrícolas. Foto: Roberto Garaicoa Martínez.

 

 
Celebramos estos 68 años convencidos de que seguiremos venciendo. Foto: Archivo Casa Editorial Verde Olivo.