En medio de la Jornada Nacional por la No Violencia hacia las Mujeres y las Niñas, conversamos con Mariela Castro Espín, una cubana que se ha ganado por derecho propio la voz y el voto en estos temas.
La directora del Centro Nacional de Educación Sexual asegura que la problemática de la violencia basada en género es muy antigua:
«Es un problema de siglos, es un problema de misoginia. Ese odio hacia la mujer se ha visto expresado desde un lugar de poder, de dominación: “yo soy tu dueño”, “yo decido sobre ti”; ha sido histórico. Ha habido voces que se han enfrentado, a lo largo de la historia, al maltrato hacia las mujeres, porque hubo tiempos en que la mujer tenía las mismas posibilidades que los hombres, incluso de dirigir, de participar en las políticas, en espacios públicos, y después, con las cruzadas, por ejemplo, la religión católica influyó mucho en que se institucionalizara desde la religión un lugar mucho más menospreciado para las mujeres, incluso su persecución y tortura, catalogadas como brujas, nueve siglos de persecución de mujeres, fue una cosa terrible».
—¿Y cuándo se comenzó a tomar conciencia de la necesidad de enfrentar esta problemática?
—Todo eso todavía sigue presente en el mundo entero, hay países donde la mujer es esclava totalmente y sufre mucho. Hay un pensador marxista, de origen cubano, Paul Lafarde, que ya en el Siglo XIX hablaba de que el matrimonio era el eufemismo para la violencia contra las mujeres, y él era uno de los que denunciaba el maltrato a las mujeres dentro del matrimonio, entonces siempre hubo voces que se enfrentaron a todo tipo de injusticias.
«Ya en los años 70 surgen términos más específicos, como femicidio; después, el término feminicidio, que alude, principalmente, desde el trabajo que ha desarrollado la antropóloga mexicana Marcela Lagarde, a la irresponsabilidad y abandono del Estado ante el problema, y hay ya varios estudios que diferencian lo que es un homicidio de un femicidio y un feminicidio y los caracterizan.
«Ahora ya hay mejores herramientas, que vienen desde las luchas por los derechos de las mujeres, los movimientos feministas, las organizaciones de mujeres, que, vinculadas al estudio científico, han ido aportando maneras de pensar y actuar en estos temas y han ido surgiendo propuestas de leyes».
—¿Cuándo se comienza a pensar y avanzar en estos temas en Cuba?
—En Europa y en los Estados Unidos, las mujeres ganan menos que los hombres. En Cuba, la primera ley revolucionaria, que se aprobó un mes después del triunfo, el 7 de febrero de 1959, contempló que las mujeres ganaran el mismo salario que los hombres, o sea, ya con la Revolución eso dejó de ser un problema para nosotros. Quedaron otros problemas, porque las revoluciones no tienen varitas mágicas; tenemos que seguir trabajando y encontrando cómo hacerlo mejor, pero no se ha dejado de trabajar.
«Cuba fue el primer país en firmar y después ratificar la Cedaw. Desde que empezó la Federación de Mujeres Cubanas se trataba el asunto, con las herramientas de conocimientos que había en ese momento en el mundo y que se fueron desarrollando en el país, o sea, la Federación de Mujeres Cubanas siempre fue avanzada y activa en la lucha contra la violencia hacia las mujeres, las niñas y los niños. Yo, hija de una federada, puedo decirles que ella, personalmente, atendía casos de compañeras que llegaban con situaciones muy complejas, cuando todavía estos no eran temas fuertes de trabajo, incluso a nivel científico en el mundo. Desde los años 80, la FMC tenía una comisión dedicada a la atención y la prevención de la violencia intrafamiliar. Hicieron un trabajo importante; convocaban, además, a investigadores e investigadoras que estaban trabajando ya los temas de la violencia».
—Y ahora mismo, ¿en qué sentido van los esfuerzos desde la isla?
—En los últimos tiempos, lo que estamos haciendo es uniéndonos más instituciones y organizaciones de la sociedad civil, Estado y sociedad civil, para avanzar en alianza, en campañas, en acciones concretas, en cómo llevarlo mejor a la política, en cómo llevarlo mejor a los cambios legislativos que se desprenden del cambio constitucional y que tiene contemplado atender esta realidad.
«Aquí trabajo se ha hecho, el estado se ha ocupado del tema, en el Primer Simposio internacional contra la violencia basada en género, el turismo sexual, la trata de personas y la prostitución se acordó que dentro del Programa Nacional de Educación y Salud sexual, se atendiera el Programa de atención a todas las formas de violencia, ya en septiembre entregamos al Ministerio de salud Pública la propuesta de Política de Educación integral de la sexualialidad y derechos sexuales, dentro de esa política está contemplado el programa de atención a la problemática de la violencia. Estamos trabajando, de la mejor manera que podemos hacerlo, en los tiempos que corren y las legislaciones vienen, eso está contemplado, porque está en la Constitución».
—Sin embargo, somos objeto de muchos cuestionamientos, sobre todo en las redes sociales.
—Hay ataques para descalificar a nuestras instituciones, a personas, por ejemplo a mí. OnCuba fue la primera en hacer una campaña contra mí, cuando yo dije en un documental que en Cuba no había feminicidio. Sacaron ese pedacito, una periodista cubana en OnCuba, lo pusieron solo, sin los argumentos. Entonces a partir de ahí hay gente que se le activa el chip de la moda y si de Miami hacen una campaña, aquí hay cuatro o cinco que la toman y empiezan los ataques injustos, sin fundamento, con una ignorancia y un desconocimiento profundos, que no nos ayudan a avanzar en la temática.
«Hay mucho dinero, sobre todo proveniente del gobierno de los Estados Unidos hacia 5 iglesias evangélicas principales, que son las que están tratando de sabotear muchas iniciativas, están utilizando este término de la ideología de género, que fue creado por un obispo católico en los 60, justamente para desacreditar los avances internacionales en el campo de los derechos de las mujeres y el pensamiento de origen marxista con relación a esta temática. Y nuestra Revolución, como dijo Fidel, tiene derecho a defenderse, tiene derecho a defender sus conquistas sociales, los derechos que se han logrado refrendar en la Constitución y en todo el sistema legislativo que está siendo ya cambiado a partir del cambio constitucional. Hay como más de 50 leyes en la lista de las que se va a trabajar, que a partir de que se creen las comisiones para cada una de ellas, es que se va a decidir si se crea una ley integral para la atención a la violencia contra la mujer o si se incluye en otras leyes, en eso se está trabajando».
—Como especialista y también activista, como mujer cubana, ¿cuál sería el mensaje principal en este momento?
—Yo creo que el primer mensaje es que estudiemos, que nos preparemos bien, porque hay muchas personas que caen en las trampas de campañas para desacreditar nuestros esfuerzos, gente muy mal preparada metiéndose en Facebook, publicando cosas, además, no actuar de manera aislada, tenemos que unirnos, hacer alianzas, porque cada vez que hacemos alianzas y nos unimos, logramos efectividad, logramos realmente cambios, entonces no seguirle el juego a los enemigos de la Revolución, unirnos entre las organizaciones e instituciones que realmente estamos trabajando y que estamos abiertas a todas las ideas verdaderamente sinceras y comprometidas con la obra revolucionaria.