La producción, ensayo y ejecución de vacunas en el mundo, no es cuestión de “coser y cantar”, pero hoy las propuestas y elaboraciones se aceleran en medio de un panorama gris, de lágrimas y dolor como consecuencia del nuevo coronavirus.
El Sars-Covs-2 pone a prueba la inteligencia, capacidad y destreza de la comunidad científica mundial, y dentro de esta, “las estrellas” de la Mayor de las Antillas, ofrecen luz para muchos caminos: cuatro candidatos vacunales para inmunizar y este martes se anunció un quinto destinado a quienes se recuperan de la enfermedad.
Leyó bien: en una Islita del tercer mundo sometida por el imperio más grande del planeta a un bloqueo económico cruel, donde un pequeño alfiler hay que salirlo a buscar a los sitios más insospechados y el Gobierno prioriza la salud y la vida por encima de cualquier urgencia, los científicos no duermen y “queman pestañas y neuronas” para sellar el más noble de los propósitos.
Cada resultado en materia biotecnológica tiene la huella en rúbrica del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, pues fue él quien desde el mismo Primero de Enero de 1959, comprendió la necesidad de fortalecer ese campo aquí, pues “…en lo adelante todo sea mucho más difícil.”
El destino le dio la razón al Líder Histórico de la Revolución, pero sus científicos enaltecen el legado fidelista porque buscan la efectividad de vacunas aderezando a las fórmulas la soberanía, la independencia y la autodeterminación de un pueblo convencido de no dejarse someter por nada, ni a nadie.
El Esquema Nacional de Inmunización en la Isla para 2016 rosó casi el cien por ciento para todas las vacunas. Aquí, como promedio anual, se ofrecen cuatro millones 800 mil dosis de inyecciones simples o combinadas, que protegen contra 13 enfermedades; existe una pentavalente cuyos cinco componentes se producen en el país. Ninguna persona paga un peso por las vacunas.
Un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para el desarrollo Industrial (Onudi) reconoce que “el país está un paso más cerca de producir la primera vacuna de América Latina contra el virus (SARS-CoV-2, causante de la COVID-19)” y señala que “el éxito de Cuba en la creación de una industria farmacéutica nacional viable demuestra los beneficios que pueden obtenerse mediante inversiones específicas y con la necesaria voluntad política.
“La pequeña nación caribeña está por delante de muchos países más desarrollados en la carrera por encontrar de forma rápida y eficaz una vacuna de emergencia contra la COVID-19.”
“En un contexto internacional marcado por disputas sobre la distribución equitativa de las vacunas y la inmunización de unos pocos frente al resto, los candidatos cubanos podrían proporcionar un potencial salvavidas a los países en desarrollo.
El informe resalta que estos logros están sustentados en décadas de experiencia e inversión en los sectores biotecnológico y farmacéutico, los cuales contaron en sus primeras etapas de desarrollo con el apoyo de la Onudi.
La institución de las Naciones Unidas no desdeña los obstáculos que ha debido enfrentar la Isla por el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto hace casi 60 años por el Gobierno de Estados Unidos, lo que hace mucho más distinguido el desempeño.
Semejantes valoraciones estremecen los más raigales sentimientos de cubano, revolucionario y patriota: cada amanecer, de la mano de las ideas, la voluntad y la inteligencia de sus científicos, Cuba sigue escribiendo historia, hoy con un paso de gigante.