Científica cubana

Con 105 estudios en curso, el Centro Nacional Coordinador de Ensayos Clínicos (CENCEC), subordinado al Ministerio de Salud Pública (MINSAP), participa del control, diseño y conducción de las investigaciones que actualmente se desarrollan en todo el territorio nacional.

A propósito de celebrarse el Día Internacional del Ensayo Clínico, Selma Arteaga Cantón, jefa del Departamento de Atención y Control a la Red de Coordinación Nacional de Ensayos Clínicos del CENCEC, dijo en exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias que 43 de esos estudios están destinados al tratamiento del cáncer.

Con respecto a la COVID-19 señaló que desde marzo de 2020 al 20 de abril de 2021 la dirección del MINSAP aprobó 28 ensayos clínicos para prevenir y tratar la enfermedad, de ellos cuatro terminaron en el 2020 y 24 se encuentran en algunas de sus etapas de desarrollo.

Las fases de los ensayos relacionados con el SARS-CoV-2 avanzan de manera acelerada, sin perder el rigor científico, pues en tiempos normales puede durar unos 10 o 12 años entre las diferentes etapas y su administración a escala poblacional, expresó.

De igual forma, se han registrado 46 estudios –aunque no todos son ensayos clínicos– para tratar el virus, 14 de ellos pertenecen al Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología y 10 al Instituto Finlay de Vacunas, y en 22 tiene participación el CENCEC.

Arteaga Cantón explicó que en cada provincia existen coordinadores de ensayos clínicos para un total de 32, quienes se encargan de dirigir y controlar las investigaciones que se desarrollan en los territorios.

Más allá de la capital, las provincias con mayor representación en los ensayos clínicos son Villa Clara, Santiago de Cuba, Camagüey, Sancti Spíritus, Matanzas y Holguín, enumeró.

Desde 2005 cada 20 de mayo se celebra el Día Internacional del Ensayo Clínico, con el objetivo de destacar la labor científica detrás de una vacuna o un medicamento para una enfermedad concreta.

La fecha alude al primer ensayo de ese tipo en la historia, realizado por el doctor escocés James Lind en 1747, que sentó las bases para la investigación clínica, al tratar de identificar la ausencia de la vitamina C como causa del escorbuto que afectaba a los marineros de la Armada Británica.

(Tomado de ACN)