De la mano de la ciencia, y a pesar de los embates de la COVID-19, Cuba lleva adelante hoy 105 ensayos clínicos en todo el territorio nacional, de los cuales, 43 están destinados al tratamiento del cáncer.
Según el Centro Nacional Coordinador de Ensayos Clínicos (Cencec), subordinado al Ministerio de Salud Pública (Minsap), ese organismo aprobó, de marzo de 2020 a abril de 2021, 28 de esos estudios para prevenir y tratar la enfermedad. De ellos cuatro terminaron el año pasado y 24 se encuentran en algunas de sus fases de desarrollo, proceso que puede durar unos diez o 12 años entre las diferentes etapas y su administración a escala poblacional.
Se han registrado 46 estudios –no todos ensayos clínicos– para tratar el coronavirus: 14 del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología y diez del Instituto Finlay de Vacunas, y en unos 22 interviene el Cencec.
Estas pruebas, definidas como «una metodología de investigación que se realiza con la participación de seres humanos como voluntarios, para evaluar el efecto de una intervención de medicamentos, equipos o dispositivos médicos en un problema de salud concreto», transitan por varias fases, al decir de Yamilé Cachimaille Benavides, jefa del Departamento de Ensayos Clínicos del Cencec.
Hoy los ensayos clínicos de los candidatos vacunales cubanos marchan con resultados favorables, según han valorado las autoridades sanitarias del país.
En Cuba se han vacunado más de un millón de personas con al menos la primera dosis de candidatos vacunales creados y producidos en el país para enfrentar a la COVID-19.