Al cierre del 7 de julio se acumulaban en el país más de siete millones de dosis administradas con los candidatos vacunales cubanos anti-COVID-19, de ellas, más de seis millones pertenecían a Abdala, vacuna que obtuvo la víspera el autorizo de uso de emergencia por el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos, y demostró un 92,28 por ciento de eficacia ante la enfermedad sintomática.
No obstante, los casos positivos al virus continúan ascendiendo, hasta el punto de reportarse al cierre del 8 de julio seis mil 422 contagios y 28 fallecidos, de ahí que muchos se preguntan por qué el aumento de la vacunación no se refleja en una disminución de los infectados con el SARS-CoV-2.
Al respecto, la Agencia Cubana de Noticias conversó con la Doctora en Ciencias Técnicas Miladys Limonta Fernández, coordinadora de proyectos de desarrollo de candidatos vacunales anti-COVID-19 del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, quien explicó que la eficacia alcanzada por Abdala en su Fase III es para evitar la gravedad, la criticidad o la muerte, pero no está demostrado que impida la infección.
Señaló, además, que con una sola dosis no se está protegido, pues esto solo se logrará cuando transcurran entre 15 y 28 días después de completar el esquema de vacunación de tres dosis, ya que el organismo necesita tiempo para alcanzar los máximos valores de inmunidad y elevar los títulos de anticuerpos.
En la actualidad, se trabaja con el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) para determinar cuántas de las personas enfermas han sido vacunadas con las tres dosis.
La también Máster en Procesos Biotecnológicos significó que las mayores cifras de contagio se reportan en territorios donde no se ha culminado la administración de la vacuna, y muchas veces las personas se piensan inmunizadas con una dosis e incumplen los protocolos sanitarios.
Abdala contribuirá a cortar la transmisión del nuevo coronavirus, pero requiere del cumplimiento estricto de las medidas higiénicas y de distanciamiento, así como la reducción de la movilidad de la población, al ser más transmisible la variante Delta presente en la nación.
Por su parte, Eulogio Pimentel Vázquez, vicepresidente del Grupo Empresarial BioCubaFarma, expresó que la eficacia de los candidatos vacunales se obtuvo después de los 14 días de la última dosis, y tras ese tiempo es cuando empieza a evidenciarse un efecto sobre el control de la enfermedad.
Se trata de un proceso paulatino y que, en términos de eficacia, es consecuencia de haber acatado estrictamente el protocolo con las tres dosis, subrayó.
En ese sentido, destacó que este 8 de julio fue cuando se cumplieron los 14 días de aplicada la última dosis en los primeros cuatro municipios de La Habana contemplados en la intervención sanitaria en grupos y territorios de riesgo, mientras, la mayoría de los otros sitios no han completado el esquema de inmunización.
La eficacia y la efectividad de una vacuna en términos matemáticos se calculan igual, pero hay una diferencia sustancial, la efectividad es lo que ocurre en la práctica médica cotidiana, sin que esté asociada a un ensayo clínico, indicó.
Pimentel Vázquez agregó que el MINSAP determina la efectividad mediante estudios protocolizados, y las empresas de BioCubaFarma y los promotores de las vacunas no participan en esos análisis, pero con la información del comportamiento tras la vacunación en el sector biofarmacéutico establecieron algunos indicios del resultado.
Al comparar el promedio de la incidencia actual de la COVID-19 con la del mes de febrero --cuando ninguna de las instituciones del Grupo Empresarial había empezado la inmunización-- se determinó que existen seis veces menos trabajadores infectados, en medio de un contexto de transmisión cuatro veces superior en el país.
Dichas evidencias también en términos graves y críticos revelan un panorama extremadamente alentador, pues solo un caso del sector biofarmacéutico llegó a la gravedad y no ha fallecido ningún inmunizado, puntualizó el especialista.
Comentó que en estos momentos contribuyen con el MINSAP con estos datos, para finalmente obtener la efectividad de las vacunas en el proceso de intervención sanitaria.
El vicepresidente de BioCubaFarma enfatizó en que la efectividad de una vacuna se acercará a la eficacia del ensayo clínico, en la medida en que sean mejores el proceso y el programa de inmunización.
La práctica ha demostrando que la vacuna no basta, hay que continuar cumpliendo los protocolos sanitarios y de esta forma contribuir todos a que nuestros inmunógenos sean más efectivos y eficaces.