A pesar de haber trascendido ya el anuncio, la donación organizada por el popular músico cubano Arnaldo Rodríguez no pierde ni un átomo de ese emotivo impacto que en una coyuntura como la actual suele ocurrir entre personas agradecidas.
Por eso, desde su llegada al hospital Doctor Antonio Luaces Iraola, de Ciego de Ávila, numerosos puños en leve pero profundo contacto, o el antebrazo derecho completamente apoyado al lado izquierdo del pecho, devienen el abrazo que de forma virtual funde cuerpos para expresar lo más hondo y puro del sentimiento humano.
Entonces se percata de que no solo aguardan por él directivos, personal médico, de enfermería o administrativo, sino también dirigentes de la talla de Jorge Luis Tapia Fonseca, vice primer ministro de la República; Jorge Luis Broche, integrante del Secretariado del Comité Central del Partido; Carlos Luis Garrido Pérez, Primer Secretario del Partido en la provincia; Tomás Alexis Martín Venegas, Gobernador de Ciego de Ávila.
Difícil que en alguno de sus conciertos hubiese un solo segundo de total silencio. Aquí, sin embargo, en el blanquísimo límite con la llamada zona roja del hospital, se puede escuchar hasta el ritmo de la respiración humana, mientras Arnaldo explica que se trató “originalmente de una convocatoria a los avileños residentes en la capital, pero enseguida se sumaron coterráneos y personas de muchísimas partes, incluso de otros países, con el interés de saber cómo podían ayudar”.
“Esta valija no trae lo que sobraba en esos hogares, sino lo que esas familias han compartido. La gente se ha despojado de cosas que tenía y las ha donado a este hospital. No contiene todo lo que quisiéramos, pero sí lo que se ha podido aportar con muchísimo amor, deseo y honestidad” —agrega Arnaldo.
Tras afirmar que igual sensibilidad ha distinguido a artistas como Raúl Torres, Alexis Leyva Machado (Kcho) y otros, el autor de El mulato acelera'o dijo que “podemos estar un poco agotados en medio de este prolongado e incesante combate contra el virus, pero lo que no podemos es detenernos ni rendirnos”.
Imposible escuchar y nada más. Por ello el doctor Alberto Moronta Enrique, director de la institución médica avileña, agradece en nombre de todos los trabajadores y pacientes ese donativo que “nos toca las fibras más sensibles del organismo y que sin duda incidirá en la calidad de nuestro servicio”.
Entre otros productos, la entrega contiene jabones, detergente, líquido para desinfección, jeringuillas, papel sanitario, toallas, frazadas para cubrir el cuerpo, pasta dental, nasobucos, mascarillas N95, sueros para ser utilizados por vía parenteral.
La gratitud anda suelta por doquier, en palabras, en frases, a punta de pupilas, en saludos, en la ingenua súplica para tener una foto de recuerdo… hasta que, complacidas todas las peticiones, y más, Arnaldo vuelve a la carga oral para, casi a modo de despedida, expresar:
“Y tengan la seguridad de algo: el próximo Festival Piña Colada que hagamos otra vez en grande, cuando las condiciones vuelvan a permitirlo, tendrá que estar dedicado a los médicos, a la Salud y a este esfuerzo enorme que ustedes están haciendo para salvar vidas”.
¿Cómo anda el trabajo comunitario en Ciego de Ávila?
El trabajo comunitario sigue presentando fisuras que pueden y deben ser resueltas a la mayor brevedad como condición indispensable para poder cortarte paso ya a la propagación del nuevo coronavirus dentro de la provincia de Ciego de Ávila.
Nuevas evidencias aportó el recorrido encabezado este sábado por el vice primer ministro cubano Jorge Luis Tapia Fonseca, en compañía de Jorge Luis Broche Lorenzo, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido, así como de Carlos Luis Garrido Pérez y Tomás Alexis Martín Venegas, máximos dirigentes del Partido y del Gobierno en la provincia, en su orden.
Sin desconocer el empeño que cada día ponen los principales responsables encargados de activar la integración de distintos factores a escala de barrio o de comunidad, la visita al Consejo Popular de Lugones, en la ciudad cabecera, develó que todavía no hay un estricto control, dominio y empleo de las potencialidades humanas, organizativas y estructurales para conocer al dedillo dónde residen las personas, familias y situaciones más vulnerables y, en consecuencia, actuar.
Al referirse a ese asunto, Tapia Fonseca reiteró que es imposible aspirar a revertir el panorama en el más breve tiempo posible si no se ha estructurado un sólido plan que incluya el acercamiento y la labor directa con quienes permanecen en ingreso domiciliario, embarazadas, personas vulnerables por diversas causas, ancianos acogidos al Sistema de Atención a la Familia o que requieren otra ayuda, discapacitados, ciudadanos cuyos subsidios continúan estancados…
Especial relevancia le siguen concediendo esos recorridos al contacto en todas partes con personal médico que, pudiendo estar incorporado al cruento combate contra la COVID-19, permanece en sus casas, ajeno a las acciones y tareas de ese enfrentamiento.Por ello, al intercambiar con las autoridades del municipio de Venezuela, demostró cómo el Grupo Temporal de Trabajo sí puede visitar día tras día consejos populares, llegar hasta las comunidades más apartadas, tocar la realidad con la mano, escuchar a la población y propiciar integración para resolver los problemas.
La experiencia confirma que nada de eso es imposible. Todo lo contrario. Muchos de los resultados que tuvo el territorio en otros tiempos se sustentaron precisamente en la motivación, movilización y participación del pueblo, con sus líderes de base al frente.
No por casualidad, al intervenir en Venezuela, José Ángel Portal Miranda, ministro de Salud, definió como clave el trabajo comunitario para poder detectar de manera oportuna casos positivos, evitar nuevos contagios, reducir la movilidad, actuar de forma mancomunada, unir fuerzas y aprovechar el tiempo en aras de cambiar cuanto antes la situación.
“La principal inversión que debemos hacer en este territorio, y no se ha hecho, es en el seno de la comunidad”, recalcó el titular de la medicina cubana, tras considerar impostergable el cierre del municipio y el fin del trasiego innecesario entre barrios y comunidades.
Aprovechó, asimismo, la ocasión para expresar la voluntad política, estatal y ministerial de seguir poniendo hasta el último recurso disponible en función del enfrentamiento a la pandemia, a favor de la vida; continuar reorganizando servicios, ampliando capacidades y aprovechando mejor las existentes, para mejorar la atención a las personas contagiadas con el virus, a los convalecientes y a la población en general.
(Con información de Invasor)