Un importante paso en el desvelo de Cuba por proteger a sus hijos más pequeños de la COVID-19 ha sido la administración, esta semana, a niños de tres a 11 años, de la última dosis del esquema heterólogo antiCOVID-19 aprobado para el ensayo clínico Soberana-Pediatría, con la vacuna Soberana Plus, creada como propuesta de refuerzo para la inmunización por el Instituto Finlay de Vacunas.
Como se recordará, el ensayo emprendido en La Habana con 350 voluntarios a partir de esa corta edad, se aprobó luego de ser comprobada la seguridad de la primera dosis del esquema que corresponde con la vacuna Soberana O2, en un primer grupo de 25 adolescentes de 12 a 18 años, los cuales recibieron la pasada semana la última dosis con Soberana 02.
Según informó Prensa Latina, estos adolescentes tuvieron un riguroso seguimiento médico después de inmunizados, y solo tras la evaluación del resultado que mereció la aprobación del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos, se incluyó el resto de los más pequeños, y la muestra con los adolescentes se amplió a 150.
La directora de investigaciones de la institución científica, doctora en Ciencias Dagmar García, precisó que las autoridades científicas y sanitarias esperan contar a finales de agosto y principios de septiembre con los primeros datos de la investigación en edades pediátricas, como premisa indispensable para llevar la vacunación masiva a ese importante segmento poblacional.
Debe significarse, que este esquema heterólogo administrado en el estudio pediátrico, evidenció en fase III de ensayos en población adulta, un 91,2 por ciento de eficacia frente a la enfermedad sintomática, reveló un 75,7 por ciento sobre la infección, así como un 100 por ciento para prevenir casos graves o severos, e igual valor ante los fallecimientos.
El pasado 20 de agosto, el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED), como entidad reguladora nacional autorizó el uso en emergencia de Soberana 02 y Soberana Plus, hecho que al convertirlas en vacunas hace que con la fórmula Abdala creada por el CIGB, Cuba cuente con tres vacunas de producción nacional contra la COVID-19.