La representación de BioCubaFarma en Rusia y la empresa nacional Alphanil firmaron este miércoles en Moscú un acuerdo de codesarrollo para ampliar la investigación de un producto innovador contra el cáncer.
El agregado científico-técnico del Grupo Cubano de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica (BioCubaFarma), Adolfo Castillo, detalló a Prensa Latina que el Centro de Inmunología Molecular de la isla caribeña será la institución líder del proyecto por la parte cubana.
Al respecto, agregó que el convenio responde a los objetivos de su organización de establecer alianzas con desarrolladores rusos del sector para alcanzar productos conjuntos que se puedan registrar y aplicar en beneficio de este país y otras naciones de la región euroasiática.
Por su parte, el director general de la empresa rusa Alphanil, Dimitri Chelovsky, destacó que esta innovación llega tras el éxito de una similar, pero dedicada al tratamiento de Parkinson.
Señaló que el nuevo producto está en la mitad de la etapa preclínica y se realiza por la parte antillana con el Centro de Investigación y Desarrollo de Medicamentos (Cidem) y por Rusia con Neyros.
El directivo ruso detalló que la nueva inmunoterapia contra el cáncer entrará en fase de desarrollo en 2022, con la aspiración que para 2025 comience sus ensayos clínicos.
Ambos proyectos ya convertidos en empresas están ubicados en el Centro de Innovación Skólkovo, un espacio para el impulso de la ciencia y la tecnología, catalogado como uno de los más grandes de su tipo en Europa.
Para el vicedirector de esta institución Vladimir Egorov, tener presencia de entidades científicas cubanas en sus más de 300 hectáreas constituye una ganancia, pues permite que los socios rusos puedan entrar de conjunto con los extranjeros en otros mercados, con especial énfasis en América Latina y el Caribe.
Skólkovo es un escenario fundamental en Rusia para BioCubaFarma, pues ha servido como plataforma para exponer la amplia carpeta de productos y servicios con que cuentan, entre ellos varios medicamentos ya registrados en países como Kazajastán, Belarús, China e India, entre otros.
A través de las alianzas con instituciones rusas, las entidades cubanas pueden beneficiarse en lo económico, pero también tener un impacto en la salud de la población, lo cual se conjuga con las políticas y desafíos del Gobierno de Rusia en esta área.
(Con información de Prensa Latina)