Ante la pregunta obligada de qué efectividad tienen las vacunas cubanas frente a la variante ómicron, la respuesta es: lo sabremos pronto.
Evaluar la capacidad del suero de los vacunados frente a la nueva variante requiere recursos que estamos adquiriendo.
Lo que ya sabemos de las vacunas, que ya lo han evaluado, es esto: hay una reducción significativa de la capacidad neutralizante del suero en vacunados con esquema de dos dosis de Pfizer, pero la buena noticia es que después del booster-tercera dosis con Pfizer, los niveles de anticuerpos neutralizantes contra ómicron son superiores a los que se inducen con el esquema de dos dosis.
Por tanto, la decisión de Cuba de aplicar dosis de refuerzo a los seis meses de vacunados, anunciada e iniciada antes de la era ómicron, cobra hoy máxima importancia.
La vacunación de los convalecientes, estrategia planteada hace meses también y ahora extensible a los niños, es también símbolo de la integralidad en nuestra estrategia de vacunación y le cierra el flanco de la reinfección al virus.
Así que, aun cuando se informó sobre la detección del primer caso de ómicron en Cuba, las decisiones estratégicas tomadas para la vacunación nos permiten estar delante.
De momento, llevamos ventaja. Como en el deporte, saber preservar la ventaja es la clave del éxito. Eso ahora depende del equipo grande, del equipo Cuba. Y mientras tanto, ya trabajamos en nuevas variantes de vacunas por si fuera necesario actualizarlas.
(Tomado del muro de la Dra. Dagmar García Rivera en Facebook)