Por primera vez en el contexto del tamizaje neonatal, un sistema permite el registro de potenciales evocados visuales, brindando una evaluación objetiva de la vía visual en pocos minutos. Ese mismo sistema está orientado a la detección objetiva de trastornos auditivos mediante el registro y análisis de potenciales evocados auditivos de tallo cerebral automáticos y emisiones otoacústicas. Sus prestaciones posibilitan, además, diferenciar entre pérdidas conductivas transitorias y permanentes por daño neural.
Se trata de Infantix, un sistema de cribado en infantes de un mes de nacidos, desarrollado por el Centro de Neurociencias de Cuba (CNEURO) con el propósito de detectar en neonatos de manera temprana trastornos de la audición y la visión. Fue registrado desde el año 2019 por la autoridad reguladora cubana, el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed), para realizar pesquisas auditivas, y para análisis visual en 2020.
Extenderlo progresivamente a las maternidades del país es la aspiración del CNEURO, dijo a Cubadebate en el contexto del congreso BioHabana 2022 el ingeniero Ernesto Velarde Reyes, jefe del departamento de Electrónica de esa institución científica y jefe del proyecto.
“Pensamos introducir alrededor de veinte equipos y estamos en trámites para hacer una validación general, es decir, con una población más grande de niños (alrededor de 300) en el hospital Ginecobstétrico Ramón González Coro, de la capital, donde ya se venían realizando las pruebas anteriores. El equipo está registrado y verificada su seguridad y efectividad, pero validarlo con mayor población pediátrica nos permitirá medir con mayor profundidad su especificidad y sensibilidad, parámetros que se toman en cuenta en las pruebas de pesquisa automáticas para tener referencias reales de lo que es capaz de hacer el sistema”, comentó el entrevistado.
Dijo que para ello están trabajando estrechamente con el Ministerio de Salud Pública, y sus programas de atención a las personas con discapacidad visual y auditiva.
¿Por qué es importante pesquisar?
La incidencia de la hipoacusia al nacer es mayor de 0.6% en el mundo, dijo Velarde Reyes. En Cuba, precisó, pudiera ser de alrededor del 1%.
“Hablamos de una gran cantidad de niños y niñas. Por ejemplo, si nacieron 110 000 infantes, ello significa que más de 700 pudieron hacerlo con hipoacusia. Es fundamental detectarlos a tiempo, porque a partir de los seis meses de edad se empiezan a establecer en la corteza cerebral las zonas relacionadas con el lenguaje”, señaló.
Si el niño no recibe atención, es decir, no es intervenido con una prótesis auditiva o un implante coclear antes de los seis meses, ya ese niño se atrasa, no aprende a hablar en tiempo y termina necesitando asistir a la enseñanza especial, dijo.
“Buscamos poder detectarlos antes del mes de nacidos, diagnosticarlo antes de los tres meses y empezar a tratarlos antes de los seis. Si seguimos ese esquema, según estudios que se han hecho con grandes poblaciones de infantes hipoacúsicos, ese niño o niña a los cinco años cumple con los mismos hitos del neurodesarrollo que un menor que nunca fue hipoacúsico, y se pueden incorporar de enseñanza general”, destacó Velarde Reyes.
El objetivo con Infantix es lograr realizar pesquisa universal a todos los niños en el país antes de que salgan de la maternidad. “En países con pocos recursos se prioriza la atención a los niños de riesgo, pero está demostrado que el 50% de los niños hipoacúsicos nunca tuvieron factores de riesgo, lo cual implica que habrá niños que no serán diagnosticados oportunamente”, precisó
Enfatizó que la idea es pesquisar a todos los menores en Cuba y para ello se necesita tecnología soberana que podamos producir en el país como este sistema.
La validación sería también una ventaja para publicar los estudios, avalarlos institucionalmente y poder exportar el equipo a otros países que lo necesiten, refirió.
Este tipo de pruebas se realiza hoy en los hospitales maternos del país en su mayoría, con equipos de otoemisiones acústicas importados. Pero, ninguna de estas tecnologías en el mundo ha incorporado entre sus funciones la pesquisa visual; por lo que el Infantix ya representa una ventaja sustancial.
El equipo dispone de un sistema diseñado para acoplar diferentes módulos, en dependencia de la prueba y de los registros de señales y de acuerdo con el especialista tienen ideado continuar incorporando módulos que permitan diagnosticar mayor número de padecimientos.
Un módulo de pesquisa cardiovascular, mencionó, permitiría determinar si existen alteraciones en la función del sistema cardiovascular en los bebés.
Para las pruebas de emisiones otoacústicas, Infantix cuenta con un módulo consistente en un aditamento que posee micrófonos y bocinas, teniendo en cuenta que el análisis clínico consiste en que el dispositivo emita un sonido y recoja el eco del mismo. Dicho rebote brinda información sobre el funcionamiento de el oído medio e interno del menor, que el Infantix analiza para emitir un resultado.
En relación a un potencial evocado visual, el paciente recibe un estímulo visual, por ejemplo un flash, y el sistema de cribado evalúa la respuesta del cerebro a esa estimulación.
A través de este tipo de pesquisa es posible llegar a detectar grandes problemas de la vía visual como las cataratas congénitas o neuropatías del nervio visual.
Infantix, dijo en entrevistado, es un fruto de la ciencia cubana que puede contribuir al desarrollo normal de cada vez más niños y niñas en Cuba.